REFLEXIONES SOBRE EL PRECIO DE LA GASOLINA

Años atrás cuando en los medios informativos se nos anunciaba que las reiteradas subidas de precios de la gasolina eran inminentes, a los automovilistas nos surgía un cabreo contenido.
Y ya cuando nos decían que la subida se hacía efectiva a las 0 horas de un día determinado, entonces nos apresurábamos y hacíamos largas colas con los coches ante las correspondientes estaciones de servicio para llenar el depósito y ahorrarnos un euro en el importe. Después, decidieron dar el mínimo de publicidad en cuanto a la fecha del reajuste del precio al alza, para rebajar el contenido de la alarma y el consecuente malestar del consumidor.

Poco a poco nos fueron sensibilizando de que aquello iba a ser reiterativo en el tiempo, y todo lo que es reiterativo acaba por acostumbrarnos. Ya no hacemos colas en las gasolineras por el 'simple' motivo de las subidas. Sabemos que el importe de lo que pagamos por cada litro en el surtidor se distribuye en: 30% para pago del crudo; 10% para transporte, refinado, distribución, etcétera; y el 60% para impuestos. Y por tanto, a mayor precio del combustible en el surtidor, mayor ingreso para las arcas de Hacienda. Entonces no es difícil suponer que el Ejecutivo se frote las manos cada vez que se atisba que la Opep va a elevar el precio del barril de crudo.

Claro que, aun considerando que los ajustes de precios son inevitables, para que parezca que 'lo lamentan' nos dicen que hay que consumir menos con el fin de ahorrar combustible, y para eso es necesario 'ir más despacio' por las autopistas. ¡Vaya, hombre vaya! El chocolate del loro. Pero no contemplan, sin embargo, que para no gravar tanto los precios del carburante solamente sobre el consumidor, podrían renunciar a una parte de ese 60% del impuesto que se quedan para el erario, aunque fuese con carácter transitorio.

Recordamos un eslogan de la anterior crisis energética allá por los años 70, que decía más o menos 'Aunque usted pueda pagarlo, España no puede'. Paradójico que digan que nosotros 'podamos pagarlo' (con lo que Hacienda ingresa más cuanto más nos cueste), y España con el dinero que recauda de nosotros mismos no se lo pueda pagar a ellos, a los jeques esos. En esencia, si nos sigue subiendo el precio del combustible tendremos que retroceder hasta la edad de piedra y viajar en troncomóvil.

Te puede interesar
Más en Cartas al director