reflexiones sobre el puente romano de ourense

No vamos a hacer más análisis del poco aprecio que las autoridades oficiales de Ourense tienen al Puente Romano. Este es más que patente, y no hace falta ser demasiado observadores para darnos cuenta de que más allá de encomendarlo a la empresa concesionaria encargada de la limpieza vial de la ciudad, para pasarle de vez en cuando la escoba por la calzada, otra cosa no se hace por él.
Ha sido siempre un mal endémico de los concellos de nuestro Ourense no haberse preocupado ni mucho ni poco, y pensar que eso estaba allí, servía para cruzar al barrio de A Ponte y viceversa y ya está. ¡Lo han hecho los romanos y para de contar!

Se le produjo una grave lesión en su momento llevándose a cabo una 'feliz idea', se supone que de los ínclitos del Concello allá por 1970, que decidieron adosarle una tubería o canaleta longitudinal, o algo así exteriormente bajo el pretil de aguas abajo, y disimularla con un forro o encamisado de plaquetas para que no llamase tanto la atención. No importa cual fue y cual es todavía su cometido, lo que importa es que fue una vulgar chapuza municipal. Ese pegote había que desmontarlo y devolver el monumento a su estado original. No se hizo porque eso no vende y cuesta dinero, además con el paso de los años el apósito se va haciendo viejo y acabará por parecer que también fue cosa de los romanos.

Quienes de vez en cuando nos damos un paseo por las bases de sus estribos en ambas márgenes nos damos cuenta del deterioro progresivo que sufre su mampostería, pero muy especialmente la del lado izquierdo (paramento de aguas arriba), alarmantemente agrietada. No van a pasar muchas décadas sin que se produzca un desaguisado, quien sabe si con irreparables daños personales.

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