RESPONSABILIDADES TUTELADAS

En este momento de crisis, muchos de los valores hasta ahora vigentes en nuestra sociedad se muestran desvaídos y carentes de actualidad. El concepto de autonomía está muy socorrido por los educadores para expresar un grado de madurez de las personas. Desde una perspectiva política se suele utilizar este concepto para designar la capacidad de tomar decisiones con independencia de influencias y determinaciones exteriores.
Tutela, sin embargo no quiere decir seguidismo. Tutela puede querer significar disposición para llevar a cabo aquello que el tutelador no quiso o no pudo realizar. Las circunstancias pueden motivar una acción más decidida en la política integradora de las diversas sensibilidades. Todas las organizaciones con voluntad de progreso y de innovación tienen una especial sensibilidad para hacer operativos todos y cada uno de los proyectos individuales y colectivos.

La historia de la acción política democrática tiene por único principio explicativo la lógica del campo de acción entendido como espacio de la lucha de competencia entre los ciudadanos definidos a partir de una red de relaciones objetivas. Cada posición recibe su definición de su relación con las otras posiciones. La estructuración del campo de acción política, es siempre gobernada por la distribución de las diferentes especies de capital político. No hay otra historia posible.

Las políticas que motivan la emergencia de renovación y de estabilidad, tratan de bloquear las tutelas gratuitas, y el seguidismo fácil. La modernización de las organizaciones sociales son destrucción constructiva permanente. La tutela de anteriores responsables puede servir para generar un mayor consenso, profundizar en los aciertos, pero en ningún caso puede esgrimirse para bloquear medidas renovadoras y progresistas que atiendan a las inquietudes de los ciudadanos.

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