Retórica demagógica al servicio de la homofobia

El otro día leía una carta en este periódico que francamente me dejó boquiabierto. Se titula 'Paternidad triple', en ella podemos ver de nuevo como una persona a la que probablemente le cae lejos el asunto, arremete contra las familias formadas por la unión de personas del mismo sexo. Prosigue explicándole a la gente que el matrimonio ha de estar basado en la biología y en las diferencias sexuales, además, su fin es, aunque muchos no lo crean, la procreación.
Vemos los mismos argumentos castizos y pseudorreligiosos una y otra vez. Es que si yo creyese ciegamente que las personas homosexuales son perniciosas, porque pensase que el libro sagrado de mi religión así lo dice, lo vería todo muy claro, sencillo de entender, todo bajo la luz de un solo punto de vista. Entonces, ¿para qué cuestionar esas bases que nos forman como personas? Un buen motivo es por respeto y comprensión hacia la vida de los demás. Hasta ahora, que yo sepa, cuando un matrimonio se separa y ambos cónyuges forman una nueva familia, esto da como resultado dos nuevos núcleos familiares, que se suman al núcleo familiar de los hijos en común. ¿A quien pretendemos engañar?, unos padres son unos padres y desde mi punto de vista, nadie es quien para decidir si dos mujeres pueden ser buenas madres.

Muy habitualmente, cuando la gente critica el matrimonio homosexual o el derecho de estos de criar a sus hijos, alude al bienestar de los niños, pensando que su ideología, su religión y nuestra peculiar y sesgada manera de ver el mundo, no influyen.

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