Le seguirán llamando presidente

El tiempo y el destino desde siempre nos sugieren reflexiones, insinúan caminos y nos dan sorpresas y vaya sorpresas algunas veces.
Fueron 'Ellos', los que marcaron casi siempre la hoja de ruta de los predilectos, y enmarcaron a dedo a los elegidos. Se puede decir que fue una sorpresa esperada por todos. Unos no se lo creían y otros no veían llegar el momento. El problema de vivir 21 años bajo la protectora sombra de un gran dragón es que te priva de esa visión objetiva más básica, ligada a lo profesional y a la ética humana. En su singladura política, que yo llamaría periplo, viajaron siempre alrededor de su mundo las personas que él quiso. Pero aun así algunos se empeñan en verlo y describirlo como un gran héroe.

El origen de las lágrimas de las personas no es fácil de entrever, a veces las lágrimas son por pena o tristeza, otras muchas de alegría e incluso de rabia e impotencia. Ni epítetos ni metáforas, ni la elipsis o el hipérbaton más logrado o el símil pensado a conciencia van a engañar a muchos ciudadanos de la provincia de Ourense que también conocen bien al gran dragón. El curso natural prosigue, los viejos abandonan el timón para que las nuevas generaciones pugnen por el poder, desde una visión renovada de la política unos, y desde la pretensión de querer que todo prosiga igual, otros.

Si no viviésemos aquí, quizá tendríamos una excusa, si no fuésemos estudiantes, panaderos, profesores, policías y todas esas personas que hacemos que la historia de Ourense es como es, tal vez podríamos sentir que no es nuestra la responsabilidad de fijar el rumbo común y luego trabajar para que se cumpla. Pero somos nosotros los elegidos para escribir nuestra historia. Las personas no son más válidas cuanta más docilidad demuestren ni servidumbre pretendan y habitualmente las cosas que no van bien, van a mejor cuando un cambio se produce. Ese cambio perfectamente podría ser la supresión de la Diputación tal y como la conocemos.

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