EL SILENCIO DE LOS JUSTOS

España, ese gran país de antaño, ha pasado a convertirse en ese país donde los listillos carentes de valores, ética y de cualquier tipo de moralidad ven en la política la oportunidad de vivir a costa de todos con el dinero de todos. El nivel de corrupción sobrepasa cualquier límite conocido. Vivimos en una época donde los alcaldes y concejales ya empiezan su andadura política corrupta, lo primero que hacen es buscarles un puesto a sus familiares y amistades, y hasta nos parece normal conceder contratos a empresas de familiares o amigos con el dinero de todos.
Vivimos en la España de la picaresca donde todo es posible, hasta un aeropuerto sin aviones y ya piensan en su ampliación, donde las estaciones del AVE se construyen en pueblos fantasma, o se construyen autovías sin coches, y hoteles y casinos en parajes naturales. A tal punto a llegado la avaricia de esos políticos -nunca satisfechos y siempre con ganas de robar más y más- que ahora nos dejan un país sumido en la ruina con una deuda entre el sector privado y público de nada menos que de cuatro billones de euros, que pretenden endosarnos a todos los españoles.

Hoy ya no queda nada de aquel pueblo orgulloso, donde los valores y los principios estaban por encima de la riqueza o de la pobreza. Hoy tenemos a un pueblo avergonzado, sin principios, sin valores y por encima en la pobreza. Un pueblo incapaz de luchar por sus derechos, por el presente y por el futuro de sus hijos. Un pueblo que se queda quieto mientras sus hijos se quedan sin educación pública, mientras sus ancianos son engañados con las preferentes, donde amigos y familiares son desahuciados o se quedan sin empleo y son incapaces de mover un solo dedo. Un pueblo de gente dormida que prefiere cerrar los ojos y tapar los oídos para no escuchar los gritos de desesperación de los millones de desahuciados, parados y empresarios abocados al cierre.

La gran mayoría se esconde detrás del ¿qué puedo hacer yo? Puedes empezar por protestar, por gritar y decir que no es justo que la gente pierda su trabajo, sus casas o su futuro mientras los ladrones que provocaron esto continúan con sus privilegios. Puedes hacer muchas cosas, lo único que se necesita es voluntad. También puedes seguir con los ojos cerrados y los oídos tapados.

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