Hoy en día vivimos momentos históricos.
Nuestro mundo está cambiando a niveles que no estamos preparados para entender. La superioridad de nuestra sociedad es algo que se daba por sentado desde hace siglos, aspecto que ya es puesto en duda. Antes Europa dominaba el mundo gracias a los valores del trabajo y de la iniciativa individual del pequeño capitalista, pero fue reemplazada en este papel debido a su declive, motivado por la sobreexplotación económica y las guerras. La potencia que la sustituyó fueron los EE.UU., que se encontraban entonces en pleno auge económico debido al espíritu emprendedor e innovador de sus habitantes, alimentado por la llegada de miles de inmigrantes europeos. A su vez los Estados Unidos, lastrados por un capitalismo voraz y sin límites, están siendo relevados en la cima de la pirámide mundial por el gigante chino.
Galicia y España están soportando -más que superando- una crisis económica histórica de la que quizás no se recuperen jamás manteniedo el modelo actual. No se puede dar solución a los nuevos desafíos con las soluciones de siempre. En la integración y la cooperación está la solución y no en el egoísmo y la avaricia que nos llevaron a esta situación.
Galicia y España están soportando -más que superando- una crisis económica histórica de la que quizás no se recuperen jamás manteniedo el modelo actual. No se puede dar solución a los nuevos desafíos con las soluciones de siempre. En la integración y la cooperación está la solución y no en el egoísmo y la avaricia que nos llevaron a esta situación.
