Superhéroes

Llevamos ya muchos años en que los superhéroes se ha pasado a la gran pantalla. Medio siglo después de su nacimiento (en 1962), Spiderman disfruta este año de otro de los momentos más dulces de su trayectoria. La película estrenada este verano ha abierto un periodo mágico que ha puesto una vez más al trepamuros en las calles. No es el más alto. No es el más musculoso. No es el más poderoso. No es el más rico, e incluso tiene serios problemas para llegar a final de mes. Sin embargo, Spiderman es el mejor personaje de ficción jamás creado.
¿Cómo? ¿Que estoy exagerando? Ni mucho menos. En mi ya lejana infancia devoré los cómic de 'El hombre araña' con una tremenda pasión. Aún conservo algunos de esos tebeos de los años 60. A causa de un desgraciado experimento, un enfermizo estudiante es mordido por una araña radioactiva. Por ello sufre una curiosa transformación que le permite adquirir una habilidad sin igual, un sexto sentido, así como una fuerza nada corriente.

Spiderman no es un superhéroe en el sentido corriente de la palabra y resultado un poco acomplejado. Histérico, neurótico y tímido con las mujeres. Además tiene que combatir contra la hostilidad del público que lo considera un peligroso personaje. Todas estas características hacen que Spiderman sea mucho más que un justiciero disfrazado. Es un personaje atormentado. Sus aventuras son intensas. A veces desgarradoras. Tragedia y humor al mismo tiempo. Las aventuras en los cómics del trepamuros siempre me han fascinado. Ahora..., sólo resta mirar a los tejados de la ciudad. Porque el hombre araña vuelve a balancearse sobre ellos...Y eso significa la aventura en estado puro.

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