Un taxista mal encarado

Me desplazaba a una fiesta de mascotas disfrazadas para lo que solicité el servicio de taxis, y toda la ilusión que había puesto en ella, un taxista se encargó de echármela por los suelos.
Tenía que desplazarme en un trayecto de apenas quince minutos, pero cuál fue mi sorpresa que al llegar éste, y ver que conmigo iba una yorkshire de apenas tres kilos se negó a llevarme, y no solo eso, sino que de malos modos me lo hizo saber diciendo que 'si lo sé ya no hubiera salido de la parada, puesto que yo también tengo perros y no los llevo'.

Aparte de ser un servicio público, no creo que una mascota de tres kilos, que va en brazos de su dueña o a los pies de ésta, pueda causar un daño irreversible al taxi, y ¿si el requiere sus servicios es invidente y lleva perro de compañía, también se niega a darle el servicio?

Me ofrecí a subir a por el trasportín y me dijo que así lo llevaría, pero en el maletero, a lo cual me negué, por lo tanto al ver que no me iba a dar el servicio solicitado, le comuniqué que llamaría a otro taxi, lo que él hizo por mí, insistiendo al compañero que le contestó que la cliente que requería el taxi llevaba mascota. Éste no puso impedimento alguno, realizando el servicio amablemente, pero todo esto después de cobrarme el haber venido desde la parada hasta mi domicilio.

Lo que más me dolió es que llevo años con mascotas y por una razón o por otra necesité de los servicios de taxi y nunca tuve problemas con ninguno, y fueron diferentes taxistas, y con este taxi, si tiene mascota recuerde, comuníquelo para evitar problemas, no sólo no me dejó sin el servicio, sino que tuve que llevarme una bronca y encima pagar por ello.

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