TODA UNA VIDA ESTARÍA CONTIGO

Como tantas parejas se quisieron mucho, me refiero a mis padres. Cuando eran novios, mi padre le dedicó a mi madre una canción como promesa: 'Toda una vida estaría contigo, no me importa ni cómo, ni cuándo, ni dónde, pero junto a ti', etcétera.
Así fue. Llegaron a cumplir las bodas de oro. O sea, cincuenta años de casados. A los ocho meses él falleció tras años de sufrimiento.

Lo recuerdo sentado en el sillón de casa y mi madre dándole un beso en la frente y tocándole la cara con mucho amor. A mí eso me llenaba de orgullo, pues lo merecía. Fue muy bueno con todo el mundo. Dos o tres días antes de irse le dijo a mi madre: 'Mercedes, ¡te quiero!'. Nunca se me olvidará.

El 14 de octubre hará trece años que nos dejó. Pero sé que está en un lugar muy bonito donde yo iré algún día.

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