La tragedia griega y lo que viene después

Con ocasión de la tremenda crisis económica de Grecia y de sus finanzas nacionales, estando dentro de la UE y de la moneda común (Euro), cualquier situación que afecte a uno de los países miembros afecta de inmediato a la causa y casa común, desde las instituciones hasta la paridad de la moneda frente a otras.
Europa no podía hacer oídos sordos ante esta situación y salir en su ayuda y que no era otra que la autodefensa propia, es evidente que las cifras y déficits marean a cualquiera para un país que es uno de los relativamente pequeños de la UE; a tal situación se ha llegado por el descontrol del gasto, la corrupción sistemática durante muchos años y, por qué no decirlo, a la falta de democracia real, a la falta de transparencia en todos los órdenes hasta el punto de que han estado cambiando datos y cifras sobre la economía griega casi en todas sus facetas.
La crisis griega va a pasar factura, se quiera o no, se la apoye financieramente en mayor o menor medida, el caso es que también Europa parece que ha mirado para otro lado y bajó la guardia sobre sus pilares básicos, hasta el punto de admitir cosas que eran inadmisibles.
Una primera estimación del volumen de ayuda alcanzaba la cifra de 30.000 millones de euros y que España, sacando pecho, afirmaba que aportaba 3.900 millones de euros a pesar que para ese préstamo nosotros los españoles teníamos que volver a pedirlos, es decir, suponía un juego a tres bandas y esto no debería ser así por razones obvias (financieras y de transparencia), a lo más que había que hacer es que la UE avalara con garantías los prestamos requeridos, bonos o u otros instrumentos financieros, pero nunca añadir más riesgos añadidos.
Ahora, se dice Grecia necesita hasta 120.000 millones de euros para evitar la bancarrota, pero ante esta nueva situación, hablando desde España vamos seguir sacando más pecho y nos tiramos el farol, ahora los españoles ponen en la mesa 14.500 millones de Euros como si nada sucediera a la economía española.
España necesita renovar préstamos por una cuantía del entorno de 120.000 millones o incluso algo más de euros a lo que hay que sumar lo destinado triangularmente a Grecia y esto no se puede ni debe permitir, salvo que nosotros ya estemos al borde de un precipicio y por ende, coloca al Euro en una muy difícil situación.

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