EL trIste FINAL DE ZAPATERO

Debe resultar doblemente doloroso el que, al final de una carrera política, sean varios de los más allegados los que le estén traicionando y asestando las últimas puñaladas, metafóricamente hablando, que hasta el domingo 22, aunque en voz más baja, apludían sus errores y despropósitios. Todavía quedan diez meses hasta marzo, 2012 y no conviene enemistarse. Ahora es la sociedad quien pregunta al presidente y demanda explicaciones sobre todas las desgracias, desastres y humillaciones a las que ha sido sometida.
Por su parte, Pérez Rubalcaba, tras eliminar a Carme Chacón, durante el tiempo que resta hasta agotar la legislatura y convocar elecciones tratará de urdir lo inimaginable para intentar hacerse con el poder.

En cuanto a Zapatero, la incosistencia del mundo feliz prometido no ha funcionado. Frivolidades, carencia de preparación, conocimientos y banalidades, unido a la inefable 'Alianza de las Civilizaciones', están preconizando una calamitosa despedida, que podría haberse evitado cesando hace un año cuando la UE le obligó a tomar las impopulares medidas. No ha dado una en el clavo. Salió de la nada, y a la nada regresará. Lugar del que nunca debió salir. Transcurridas dos semanas, prácticamente será olvidado, con independencia de su familia y todos aquellos a los que favoreció.

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