A VUELTAS CON DOÑA ELOÍNA Y LA SEGURIDAD SOCIAL

Quisiera expresarme en otros términos, pero debo decir la verdad; me da pena y rabia que sus antecesores procuraran siempre ir mejorando los servicios hospitalarios y que usted, doña Eloína, esté tratando de estropearlo todo y lo más triste es que lo va a conseguir.
Hace unos meses escribí en este medio de comunicación mi peregrinaje por esa 'su casa'. Pedí consulta en el año 2012 para seis meses y me la dan para 2013 (fue cuando envié la carta a este diario). A partir de ahí me llama su secretaria para ver si puedo ir a hablar con usted a su despacho. A mí, la verdad, no me hacía gracia ninguna, pero por un mínimo de 'educación' accedí. Disculpas, perdones, quisieron convencerme de su actitud, pese a que, y desde el primer minuto en su despacho, le dije que lo estaba haciendo fatal, etcétera. Después de finalizar nuestra conversación, usted me dijo literalmente: 'Si tienes algún problema, aquí estoy'.

El 9 de julio de este año se acrecientan mis dolencias y decido ir al médico de cabecera, quien me hace el reconocimiento pertinente y efectivamente, me da un volante para cardiología, lo entrego en recepción y lo envían por fax para mayor rapidez. Pasan los días sin llamarme y notando más síntomas, el día 18 solicito hablar con doña Eloína y, a pesar de decirle a su secretaria que era urgente, yo sigo esperando y ya estamos en el mes de octubre. ¿Es ésta su palabra? ¿Se corresponde a como yo me comporté cuando usted me llamó? Carece usted de algo muy elemental.

El día 26, viernes, pido consulta a un doctor y esa misma tarde ya me recibe, haciéndome las pruebas pertinentes. Esto si es organización y que conste que no tengo nada contra ningún médico, ni especialista ni de cabecera, porque jamás tuve un problema con ninguno, 'en cambio no puedo decir lo mismo de su gestión'. Esté tranquila doña Eloína que a mí no me va a ver el pelo más.

El servicio de cardiología, especialistas y enfermeras, son estupendos, teniendo todo lo que tienen que tener unos buenos profesionales, cosa que no se puede decir con el modelo de su gestión, que no tiene nombre.

Yo no estoy pidiendo nada de favor, trabajé 43 años en la Seguridad Social, que es lo de menos, pero creo que tengo mis derechos como cualquier ciudadano.

Se me olvidaba decir que hace apróximadamente diez días, me llamaron de cardiología para decirme que la cita que tenía señalada para el día 30 de septiembre, que no fuera que quedaba anulada. ¿Quién pidió cita? Yo desde luego no.

Te puede interesar
Más en Cartas al director