El casco histórico de Celanova estrena hotel con vistas a San Miguel

La festividad de San Rosendo, el próximo 1 de marzo, ha sido la fecha escogida para la inauguración de Acouga Hotel Boutique. Se trata del segundo hotel que abre sus puertas en la capital de Terra de Celanova, el primero en el casco histórico, en un edificio centenario en la concurrida calle del Paseo y con vistas a la capilla de San Miguel. Materiales nobles, líneas limpias y la poesía local son la seña de identidad de una rehabilitación de MOL Arquitectura y que cumple la premisa de sus promotores: que el cliente se sienta cómodo, como en casa, y que quiera volver. “El lema de Acouga es: Celanova, esa nai que sempre espera”, traslada Mari Luz Borrajo, gerente del establecimiento promovido por el empresario Lino de Prado a quien agradece la oportunidad profesional de participar en un proyecto “bonito” y que persigue contribuir a atraer más público a Celanova. “Estamos creciendo. Yo noto que cada vez viene más gente, de Portugal, de Francia… Los fines de semana Celanova tiene vida y la gente necesita opciones para poder quedarse.Y ojalá que hubiera más”, dice destacando la oferta actual que, en el casco urbano, se compone de un hotel con 20 habitaciones, dos apartamentos turísticos y varias viviendas. Este pequeño establecimiento que cuida con mimo cada detalle, abrió sus puertas el pasado 20 de enero con muy buenas críticas y con reservas para verano, es el deseo cumplido de su promotor. “Lino siempre quiso hacer algo en Celanova. Él siempre dice que es el emigrante mexicano que en México no tiene hoteles y lo vino a abrir a su pueblo”, describe Borrajo, mientras supervisa los últimos retoques en el patio, con un desayunador acristalado y un jardín que conserva el encanto tradicional con el lavadero y el pozo. “La iluminación de noche es preciosa”, dice Borrajo. Acouga cuenta con 12 habitaciones vinculadas a poetas locales. Desde Curros Enríquez a Baldo Ramos, pasando por Celso Emilio Ferreiro, Castor Elices, Xosé Velo, Paulino Vázquez y Xosé Luis Méndez Ferrín. El propio Baldo Ramos se ha encargado de la numeración y de los cuadros que enmarcan las poesías que dan nombre a cada una de las estancias, la más pequeña de 32,5 metros cuadrados. Las hermanas Fernández Gándara, de Celavella Arte, son las encargadas de la decoración de dos de ellas. En “Solpor” se concentra su esencia con muebles centenarios y objetos fetiche, como un antiguo altar barroco. Una pintura al temple ha permitido dar una nueva vida como cabecero, a las antiguas puertas del centenario edificio que fue sede del Banco Pastor y donde tuvo su consulta el respetado médico José Meixengo Pereira. La colaboración y apuesta por lo local se extiende en el ámbito literario con la edición de una revista cultural bianual bajo la dirección de Xosé Benito Reza y también de alimentación, escogiendo a proveedores locales para el desayuno. “Tenemos grandes mieles, quesos con premios internacionales, repostería... “, enumera Borrajo, que quiere que su clientela pueda disfrutar de toda la riqueza que ofrece Celanova.