Nacido en 1831 en el pueblo de Bobadela, fue médico de cámara de Isabel II y de Alfonso XIII

Celanova recuerda la figura del doctor Fernández Losada

Retrato del insigne médico.
La villa de Celanova rendirá homenaje a la figura de uno de sus vecinos más ilustre y también desconocida para sus convecinos: Cesáreo Fernández Losada (Bobadela, 1831-Barcelona 1911). En el año que se conmemora el centenario de la muerte de este vecino de Bobadela, que se labró una importante carrera en la medicina militar, la Real Academia Galega de Medicina y Cirugía (RAGMyC), así como el Concello celanovés han coincidido en la necesidad de desarrollar actuaciones conjuntas que saquen del olvido la figura de este ilustre vecino.
La casualidad quiso que el pasado 20 de diciembre, en el marco de unas conferencias sobre salud y adolescencia organizado en el Colegio Sagrado Corazón, el presidente de la Real Academia Galega de Medicia y Cirugía, José Carro Otero, visitara Celanova. 'Cuál fue mi sorpresa al descubrir, en mi recorrido hasta el centro, una calle con el nombre de este ilustre personaje', relataba Carro Otero, quien advierte que 'en el plano científico y médico, Fernández Losada es una figura de gran proyección social y de servicio a la sociedad'.

Una trayectoria que también destaca el alcalde celanovés, Antonio Mouriño, con quien el presidente de la RAGMyC se reunirá en las próximas semanas con el objetivo de celebrar 'diversas actividades co obxectivo de impulsar esta figura, ata agora bastante descoñocida polos veciños'. Entre ellas, Carro Otero mostró su disposición por celebrar en la villa de San Rosendo una sesión plenaria de la Academia que preside abierta a toda la población. 'Yo mismo daría una conferencia que inicie a la ciudadanía en su biografía, donde se revela su humanitarismo médico', destaca, al tiempo que recuerda una anécdota protagonizada por Fernández Losada en la batalla celebrada en Zirauki (Navarra). 'Cirujano del bando isabelino y tras una dura batalla, no dudo en solicitar permiso para acudir al bando carlista, con menos recursos sanitarios, para asistir a los heridos. Fernández Losada es un paradigma de la neutralidad de la medicina', apunta Carro.

Licenciado en Medicina por la Universidad Central, Fernández Losada estuvo desde siempre muy vinculado a la medicina militar. En 1856, ingresó como número uno en el Cuerpo de Sanidad Militar. Fundador del museo anatómico y del Instituto Bacteriológico, entre 1858 y 1860 participó en numerosas acciones bé­licas en Marruecos, lo que le valió dos as­censos por méritos de guerra. Fue miembro de diversas académicas de medicina, historia y geografía, inspector de Sanidad y diputado a las Cortes por Ourense, tiempo en el que consiguió la creación del Colegio de los Escolapios de Celanova y rescató para la cultura el monasterio de la villa, inaugurado en 1868.

En su biografía, Fernández Losada guarda que fue mé­dico de la real cámara de Isabel II y Al­fonso XIII, atendió al general O'Donnell en la campaña de Marruecos y a Prim en su agonía. 'Una exitosa operación practicada al príncipe Muley Abbas, hermano del sultán de Turquía, le valió la orden imperial Metjidie', destaca Carro Otero.

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