Escolares, universitarios y opositores tendrán que buscar nuevos lugares para el estudio

Los celanoveses se quedan sin servicio de bibliotecas

La villa de Curros Enríquez, Celso Emilio Ferreiro o Castor Elíces se queda sin un lugar público donde estudiar, leer un libro o consultar la prensa diaria.
A la clausura prolongada de la biblioteca municipal (hace un año que el Concello ordenó su cierre tras constatar la existencia de una plaga de termitas que todavía hoy está pendiente de solucionar), hay que añadir el cierre de la biblioteca escolar del Instituto. Finalizado el curso escolar, y aunque el centro permanecerá abierto en horario reducido todo el verano, 'os nosos nenos non a utilizan durante estes meses, así a biblioteca estará pechada para uso lectivo ', señalaba la directora, Dolores Sarmiento, quien señalaba que 'a nós o que nos gustaría é que a usara todo o mundo, pero non podemos abrir ó publico porque non temos un convenio co Concello, aínda que dende 1985 se fixeron peticións en ese sentido'.

Las instalaciones, ubicadas entre los dos claustros monacales, cuentan con una gran afluencia de usuarios durante el año y, de forma controlada, han permitido la entrada a universitarios y opositores que ahora tendrán que buscar un nuevo emplazamiento. De momento, la Fundación Curros Enríquez ha confirmado la apertura al público, con carácter excepcional y previa solicitud, de la sala de investigación.

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