Epístolas de Celanova a Guadix

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photo_camera Antonio Piñeiro, Julio García y Javier Fernandez, en la mesa de presentación de la muestra.
Más allá de la figura de San Torcuato, la relación entre Celanova y Guadix se remonta a los escritores Manuel Curros Enríquez y Pedro Antonio de Alarcón, a los que el suicidio de un escritor unió mediante el cruce de unas cartas. 

Mucho antes de que Celanova y Guadix iniciasen los trámites de hermanamiento entre municipios ligado a la figura de San Torcuato, ambas villas ya habían entablado una relación, en este caso epistolar, entre dos de sus grandes escritores. Todo ello a raíz de un suicidio. 

Fueron muchos los jóvenes que llegaron a Madrid desde Galicia para probar suerte en el mundo de la literatura. Entre ellos, Teodosio Vesteiro Torres y Manuel Curros Enríquez, que fundaron la sociedad La Galicia Literaria, una forma de promocionarse cuando sus nombres todavía no eran conocidos. De ahí surgió una amistad que llevó a Vesteiro Torres, que había estudiado para cura sin llegar a ejercer, a avisar a su colega de su intención de suicidarse, una intención que convirtió en realidad en pleno Museo del Prado. En la misiva pedía que no se le dedicase una corona fúnebre, pues "ni la patria tiene por qué llorarme, ni deben sonar sobre los muertos voces de dolor", escribió. 

Curros y el resto de los amigos no lo consideraron así y decidieron honrar su memoria con una de esas "coronas fúnebres". En la organización del homenaje, pidieron colaboración al accitano Pedro Antonio de Alarcón, que ya contaba con cierta reputación en el mundo de las letras. Lejos de aceptar, el autor de "El sombrero de tres picos" optó por responder a través de la prensa negando su participación en el acto debido a la decisión de Vesteiro de suicidarse. La respuesta, expresada a través de palabras amables y formales, vino provocada por su formación religiosa, animando a sus amigos a llorarle pero no a rendirle homenaje. 

Nació así un cruce de correspondencias que vino a "herir profunda y amargamente nuestros sentimientos de caridad y amor" por la negativa de participar en el acto y el rechazo hacia la decisión de Teodosio Vesteiro Torres. De todo ello se hizo eco en su momento El Heraldo Gallego, publicando toda esta relación epistolar y dejando plasmada esta relación inicial entre Celanova y Guadix. 

Sobre esta particular relación  hablaron ayer en la Sala dos Arcos Julio García y Antonio Piñeiro, con la exposición sobre el centenario de "El sombrero de tres picos" como telón de fondo. Desde la ponencia, en la que García acercó la figura de Pedro Antonio de Alarcón a los celanoveses, ambos animaron a continuar la investigación y averiguar si la correspondencia entre Curros y el autor de Guadix se prolongó en el tiempo o si establecieron algún tipo de contacto cuando el escritor del Rexurdimento comenzó a ganar fama también como periodista.

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