El celanovés decidió colaborar como mecenas en el nuevo proyecto de la Fundación Curros Enríquez, un premio de periodismo para jóvenes menores de 30 años "adiante-forward"
Devolver al pueblo de Celanova el cariño que reciben cada verano y en donde están sus raíces motivo a la familia Cid colaborar como mecenas en el nuevo proyecto de la Fundación Curros Enríquez, un premio de periodismo para jóvenes men
¿Por qué decidieron patrocinar un premio de periodismo?
Es cosa de mi hijo Frank, al que no le gusta mucho la repercusión mediática, pero que lleva años colaborando con familias necesitadas, tanto aquí como en Florida (EE.UU.), donde residimos. Un día hablando con el alcalde, nos comentó la idea del premio que estaba preparando la Fundación Curros Enríquez y le dijimos que nos apuntábamos. Queremos colaborar en lo que podamos, en este y otros proyectos.
¿Cómo es la relación que mantienen con Celanova?
Nacimos aquí y venimos todos los veranos. Nos gusta el pueblo, su gente y la forma de ser de los celanoveses, aquí tenemos grandes amigos. Yo quiero mucho a Galicia.
¿Qué les llevó a Estados Unidos?
Yo tenía negocios aquí, pero toda la familia de mi señora estaba allá. En 1969 fuimos para tres meses y nos quedamos. Trabajamos en la hostelería en Nueva York y llegamos a tener cuatro restaurantes, del que queda el Marbella, que ahora está en manos de mi hermano. Ahora, en mi jubilación, nos hemos retirado a la Florida, por el clima y porque allí están los hijos y nietos.
¿Cómo ve la emigración en la actualidad?
Bien, allá hoy hay mucho trabajo, el problema es la documentación. Va mucha gente de Galicia y se le intenta ayudar, pero la legislación es difícil y severa. De Celanova quedan muy pocos, seis o siete chicos, pero la gente que va está muy preparada.
