Miguel Ángel González: “Hay testimonios sobre el paso de peregrinos por Celanova, incluido el propio San Rosendo"

Celanova será escenario el 1 de marzo de una austera y reducida celebración en honor a su fundador y patrón, San Rosendo. Un personaje de gran importancia en la historia del siglo X cuyo legado está muy presente en aquellos municipios en los que residió o gobernó. Miguel Ángel González, secretario de la Academia Auriense-Mindoniense, habla de su figura y de los planes de la institución, entre los que está apoyar el carácter xacobeo de su ruta. ¿Quién fue San Rosendo? A pesar de vivir una época oscura y de que quedó vinculado a nuestro territorio, San Rosendo es un gigante. Es un personaje de gran trascendencia religiosa, política y social. Si se dice eso de que por sus obras lo conoceréis, dejarnos Celanova ya es mérito más que suficiente para que la memoria de San Rosendo esté muy viva. ¿Está merecidamente reconocida su figura? Creo que felizmente Celanova lo valora, como lo valora Mondoñedo y, en el resto de Galicia, no es una figura indiferente. Precisamente la constitución de la Academia Auriense-Mindoniense con motivo del Año Jubilar (2007) fue porque se descubrió que despertaba mucho interés y merecía la pena reunir en torno a su figura a una serie de estudiosos, de investigadores. ¿Qué tal resultó la encomienda? Yo creo que ha resultado, estoy muy sorprendido de que nuestra academia tiene un reconocimiento y un renombre, da pie a ello la revista Rudesindus que sigue saliendo y que es un aval para demostrar que se hacen las cosas seriamente. Y después, porque donde quiera que dices San Rosendo, no estas diciendo quién. Es un personaje transfronterizo, un punto de encuentro con Portugal. Por eso me molesta tanto que en algunas biografías se diga que nació en Salas, cuando está más que claro que fue en Santo Tirso (Portugal). ¿Hay algo que se pueda hacer para reivindicar su figura? A veces no hay que hacer mucho, porque ya está casi todo hecho, simplemente hay que mantener encendido el fuego. Es verdad que quisiéramos potenciar esa ruta de San Rosendo, de la mano del celanovés Antonio Piñeiro, incorporándola a los caminos que van a Santiago. Es evidente que San Rosendo hizo el camino Celanova-Santiago y lo hizo muchas veces. Es importante incorporar a San Rosendo en los caminos de peregrinación. Está incorporado en Mondoñedo, que lo sea también en Celanova. Colectivos e instituciones llevan años reclamando que se reconozca como ramal xacobeo, ¿cuál es el motivo para no hacerlo? Siempre hay dificultades. La propia administración no quiere más Caminos de Santiago porque, cuando los declara, asume unos compromisos legales, de inversiones y de mantenimiento. Se siente desbordada y no quiere más. No parece un argumento de peso para negar un camino con tanta historia y patrimonio Principalmente esa es la razón. Quieren que se justifique históricamente que realmente hay una tradición de camino, pero yo creo que se ha escrito y se ha dicho ya que sí. Aquí había una vía romana y los peregrinos no se inventaban nada, utilizaban los caminos existentes, y este era uno de ellos. El trayecto está justificado desde Bande y desde Ourense, pasando por Soutopenedo. Al camino mozárabe le pasó igual, tampoco tenia muchos documentos que dijeran que por ahí pasaba un camino, pero era evidente que lo había. Y lo mismo con el de Invierno en Valdeorras. ¿Hay documentos que acrediten el paso de peregrinos por aquí? Sí, hay referencias de peregrinos que fueron atendidos en el hospital del Monasterio. Yo mismo busqué documentación y entregué al alcalde cinco o seis testimonios de gente que no era de Celanova y que iba a ese hospital. Si lo hacía, era porque estaba de paso. Felizmente los peregrinos no morían en este camino. Y digo esto porque muchas veces, lo que tenemos son testimonios de que había muerto un peregrino en un lugar del que no era originario. ¿Qué buscaba un peregrino para escoger uno u otro camino? Miramos el camino con el prisma actual, pero el camino de Santiago era un camino flexible donde los peregrinos no tenían prisa y daba igual que estuvieran un mes o tres caminando. Además aprovechaban todas las oportunidades devocionales y, sobre todo, asistenciales que estaban al alcance del camino. Y pasaban por Celanova porque los monjes los acogían y les daban de comer. Y más tarde visitarían el santuario del Cristal, que tuvo una transcendencia notable por esa fama de milagrosa. ¿Qué hay que hacer para llamar la atención de los que mandan? Sumar para que se reconozca y, sobre todo, recorrerlo y decírselo a la gente. Proclamar que pasan peregrinos porque puedes tener una joya pero, si no lo dices... Me gustó ver el monolito que hace unos años puso el Rotary Club frente a la Alameda celanovesa, porque suma, habla de ese paso y refleja la unión Celanova-Portugal. ¿Qué planes tiene para el futuro? A mi me gustaría, tal y como sucedió en el 1.100 aniversario, organizar un nuevo congreso sobre San Rosendo y el monacato, el siglo X y tantas cosas que se pueden ofrecer a la opinión pública sobre su figura, su iconografía, sobre la capilla de San Miguel,... Y luego, por supuesto, instar a la administración a que invierta en el mantenimiento de estos edificios. La capilla de San Miguel, a mi modo de ver, está necesitando un cambio de cubierta y sería bueno que nosotros insistiéramos en ello. Lo que no habrá este año es sesión de la Academia el día 1 de marzo No, pero seguimos investigando, estamos escribiendo cartas para que se lleven a cabo esas intervenciones, aquí y en otros lugares vinculados a San Rosendo. Además se están incorporando nuevos académicos que aportarán trabajos e investigaciones, aunque todavía no les hemos podido entregar su diploma y medalla por la pandemia.