Celanova, y en especial los mayores de la residencia San Carlos, despedían ayer con tristeza a los jóvenes participantes en el campo de trabajo social que la primera quincena de agosto se ha desarrollado en la localidad.

Un soplo de solidaridad

Los jóvenes participantes en el campo de trabajo en una visita a la torre de Vilanova dos Infantes.
Una veintena de jóvenes de México, Brasil, Italia o Francia, conjuntamente con un grupo de españoles, ha participado en Celanova en un campo de trabajo social, el único de Galicia dedicado a este ámbito y uno de los pocos existentes en toda España. 'A súa especificidade motivou a chegada de moitos dos participantes, aínda que Galicia é un bo reclamo', reconocía el coordinador Millán Brea que enfatizaba en el carácter 'solidario' y 'generoso' de los participantes que han destinado 15 días de sus vacaciones a trabajar con personas mayores de la Residencia San Carlos de Celanova. 'Es un trabajo muy gratificante porque la gent
'A súa especificidade motivou a chegada de moitos dos participantes, aínda que Galicia é un bo reclamo', reconocía el coordinador Millán Brea que enfatizaba en el carácter 'solidario' y 'generoso' de los participantes que han destinado 15 días de sus vacaciones a trabajar con personas mayores de la Residencia San Carlos de Celanova. 'Es un trabajo muy gratificante porque la gente es muy agradecida. Con una sonrisa, lo dicen todo', confesaba la madrileña Ángela Izquierdo que, nada más terminar las pruebas de selectividad, cogió las maletas rumbo a Celanova. 'Nunca había estado en Galicia, y me voy encantada'.

Para Amagoia Elustondo ésta es la segunda experiencia en el campo de lo social. 'Me gusta el trabajo con los demás', confiesa esta profesora bilbaína a quien la estancia en Celanova le ha permitido poner en práctica talleres de estimulación y trabajo físico. Para otros, como para el ingeniero italiano Federico Farina la experiencia le ha servido para aprender castellano, jugar a las cartas y hasta rezar el rosario. 'Al principio lo pasé mal porque no nos entendíamos, pero pronto conectamos. Lo importante no es hablar, sino estar con ellos. Sentarse a ver la tele o simplemente, escuchar', confiesa.

A pesar del trabajo matutino en la residencia, las actividades de tiempo libre que organizaban por la tarde les ha permitido crear un vínculo con la población local.

Ahora el campamento toca a su fin, si bien todos los participantes coinciden en destacar la riqueza de la experiencia a nivel humano y profesional.

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