La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando acogerá, hasta el 26 de junio, la muestra Ecos de Van Dyck, que gira en torno al cuadro La Virgen y el Niño con los pecadores arrepentidos, cuya autoría ha sido verificada recientemente.
Según el comisario de la muestra, Matías Díaz Padrón, que ha estado al frente de la investigación, la influencia del pintor en España ha sido 'mucho mayor de lo que se creía hasta ahora'. 'En la pintura, a la muerte de Velázquez, en todo lo que viene detrás arrasa la influencia de Van Dyck, se pone de moda su elegancia y distinción', ha explicado en un encuentro con la prensa.
El pintor flamenco, que vivió entre 1599 y 1641, se distanció de la plasticidad de Rubens, su maestro, para acercarse al estilo de Tiziano. En Anton van Dyck, destaca tanto la factura veneciana, 'vibrante', según la Academia, como una 'gran carga emotiva'.
'Para la verdad hay que imitar a Velázquez, para el halago a Van Dyck. Todo eso lo hemos podido raspar en los últimos años. Van Dyck, que parecía perdido, impregna el ambiente español de la época en mayor medida de lo que hasta ahora se pensó', ha subrayado.
LA VIRGEN Y EL NIÑO
La principal obra de la muestra, La Virgen y el Niño con los pecadores arrepentidos, permanecía oculta en los fondos de la Academia desde principios del siglo XIX, pues se pensaba que era una copia. Se había olvidado su presencia en El Escorial, donde la cita Velázquez en su Memoria (1656), o en la colección del duque de Medina de Torres.
'La documentación es clave para comprobar la autenticidad de un cuadro, pero lo más importante subyace de la pintura misma, de la medida de su calidad. Hay que formarse para perseguir esa calidad. No todo el mundo la distingue, es fruto del trabajo de un investigador. Es cuestión de trabajo, del esfuerzo de un investigador que pueda descifrar la caligrafía del artista, la factura. Hay que ver las tripas de la obra, como un cirujano. Luego, si tenemos la suerte de encontrarlo ratificado, mejor', ha explicado Díaz Padrón.
El lienzo, que ha sido 'cuidadosamente' restaurado con la colaboración de la Fundación Cajamurcia, muestra a María Magdalena, al rey David y al Hijo Pródigo postrados ante María y Jesús, representando así el arrepentimiento y el perdón. La obra ejemplifica el énfasis de la Contrarreforma católica en el sacramento de la penitencia.
Asimismo, el resto de obras proceden de colecciones particulares, la propia Academia, el Monasterio de El Escorial y el Hospital de la Venerable Orden Tercera de San Francisco. Además de los cuadros del pintor flamenco, se exhibe material documental y una colección de libros sobre el autor utilizados en la formación académica.
El pintor flamenco, que vivió entre 1599 y 1641, se distanció de la plasticidad de Rubens, su maestro, para acercarse al estilo de Tiziano. En Anton van Dyck, destaca tanto la factura veneciana, 'vibrante', según la Academia, como una 'gran carga emotiva'.
'Para la verdad hay que imitar a Velázquez, para el halago a Van Dyck. Todo eso lo hemos podido raspar en los últimos años. Van Dyck, que parecía perdido, impregna el ambiente español de la época en mayor medida de lo que hasta ahora se pensó', ha subrayado.
LA VIRGEN Y EL NIÑO
La principal obra de la muestra, La Virgen y el Niño con los pecadores arrepentidos, permanecía oculta en los fondos de la Academia desde principios del siglo XIX, pues se pensaba que era una copia. Se había olvidado su presencia en El Escorial, donde la cita Velázquez en su Memoria (1656), o en la colección del duque de Medina de Torres.
'La documentación es clave para comprobar la autenticidad de un cuadro, pero lo más importante subyace de la pintura misma, de la medida de su calidad. Hay que formarse para perseguir esa calidad. No todo el mundo la distingue, es fruto del trabajo de un investigador. Es cuestión de trabajo, del esfuerzo de un investigador que pueda descifrar la caligrafía del artista, la factura. Hay que ver las tripas de la obra, como un cirujano. Luego, si tenemos la suerte de encontrarlo ratificado, mejor', ha explicado Díaz Padrón.
El lienzo, que ha sido 'cuidadosamente' restaurado con la colaboración de la Fundación Cajamurcia, muestra a María Magdalena, al rey David y al Hijo Pródigo postrados ante María y Jesús, representando así el arrepentimiento y el perdón. La obra ejemplifica el énfasis de la Contrarreforma católica en el sacramento de la penitencia.
Asimismo, el resto de obras proceden de colecciones particulares, la propia Academia, el Monasterio de El Escorial y el Hospital de la Venerable Orden Tercera de San Francisco. Además de los cuadros del pintor flamenco, se exhibe material documental y una colección de libros sobre el autor utilizados en la formación académica.
