El histórico abogado Josep Maria Loperena ha acusado hoy a los políticos de ser cómplices con la corrupción por no adoptar las medidas para impedir que prescriban los delitos llamados 'de cuello blanco' mediante la creación, por ejemplo, de juzgados especializados en la materia.
Loperena ha presentado hoy en rueda de prensa su último libro, 'El Circo de los Corruptos' (Ediciones Flor del Viento), que completa una trilogía dedicada al mundo de la justicia con un análisis de los 150 casos de corrupción más señalados de las últimas cuatro décadas, desde la trama de la colza o los GAL hasta los más recientes Palau de la Música y Pretoria, todavía en instrucción.
El abogado, que actualmente dirige un gabinete jurídico especializado en derecho laboral, cuenta con una amplia trayectoria a sus espaldas que lo hizo célebre por la defensa de los derechos humanos y abarca casos como la querella interpuesta a José María Aznar por la intervención española en la guerra de Irak o la que promovió Lluís Llach contra Felipe González por incumplimiento de su compromiso electoral de no entrar en la OTAN.
Con su último libro, Loperena pretende hacer un recorrido por la historia de la corrupción en España, pero al mismo tiempo romper con la 'leyenda urbana' de que todos los políticos y jueces son corruptos.
Según el letrado, en el 80 % de los casos que expone en su libro la corrupción sirvió para el enriquecimiento personal de personas que pretendían usar la política para 'medrar', y sólo en una minoría buscaban engrosar las arcas de un partido político sin suficientes recursos.
Al mismo tiempo, el abogado plantea una crítica 'bastante dura' contra el sistema actual, que permite que en la mayoría de casos los casos de corrupción acaben en absoluciones por prescripción del delito, dado que las instrucciones de esas causas suelen demorarse durante años debido a su complejidad y al hecho de que los jueces que las investigan deben dar también salida a numerosos asuntos menores.
Para Josep Maria Loperena, la creación de juzgados especializados en casos de corrupción que pudieran centrarse en la instrucción de un solo sumario sería una 'solución fácil' para evitar la prescripción de esos delitos de 'cuello blanco', pero, en su opinión, 'no hay interés político de solucionarlo'.
'Eso es una complicidad con los corruptos', ha denunciado el histórico letrado, que ha lamentado que el poder legislativo haya desaprovechado la última reforma del Código Penal para introducir medidas que eviten la absolución de los implicados en casos de corrupción por dilaciones en el proceso.
El autor ha apuntado que, con esa actitud, 'parece que al legislativo le vaya bien que haya corruptos' y ha añadido que los políticos deberían procurar que la prescripción de las causas no impida a los corruptos devolver el dinero que se embolsaron, porque ésa es la reinserción para los delincuentes de 'cuello blanco'.
Loperena se ha referido también al caso del expolio del Palau de la Música, en su opinión protagonizado por un 'loco' que se reveló como un gran 'conseguidor de subvenciones', pero al que acabaron perdiendo sus ansias de enriquecimiento a costa de las arcas públicas.
El letrado se ha unido a las voces críticas con el juez instructor Juli Solaz, que dejó en libertad con cargos a los exresponsables del Palau de la Música Fèlix Millet y Jordi Montull, y ha criticado que no encarcelara a los imputados al menos 'durante un mes' porque, en su opinión, está demostrado que sacaron clandestinamente del edificio modernista documentación que les incriminaba.
El abogado, que actualmente dirige un gabinete jurídico especializado en derecho laboral, cuenta con una amplia trayectoria a sus espaldas que lo hizo célebre por la defensa de los derechos humanos y abarca casos como la querella interpuesta a José María Aznar por la intervención española en la guerra de Irak o la que promovió Lluís Llach contra Felipe González por incumplimiento de su compromiso electoral de no entrar en la OTAN.
Con su último libro, Loperena pretende hacer un recorrido por la historia de la corrupción en España, pero al mismo tiempo romper con la 'leyenda urbana' de que todos los políticos y jueces son corruptos.
Según el letrado, en el 80 % de los casos que expone en su libro la corrupción sirvió para el enriquecimiento personal de personas que pretendían usar la política para 'medrar', y sólo en una minoría buscaban engrosar las arcas de un partido político sin suficientes recursos.
Al mismo tiempo, el abogado plantea una crítica 'bastante dura' contra el sistema actual, que permite que en la mayoría de casos los casos de corrupción acaben en absoluciones por prescripción del delito, dado que las instrucciones de esas causas suelen demorarse durante años debido a su complejidad y al hecho de que los jueces que las investigan deben dar también salida a numerosos asuntos menores.
Para Josep Maria Loperena, la creación de juzgados especializados en casos de corrupción que pudieran centrarse en la instrucción de un solo sumario sería una 'solución fácil' para evitar la prescripción de esos delitos de 'cuello blanco', pero, en su opinión, 'no hay interés político de solucionarlo'.
'Eso es una complicidad con los corruptos', ha denunciado el histórico letrado, que ha lamentado que el poder legislativo haya desaprovechado la última reforma del Código Penal para introducir medidas que eviten la absolución de los implicados en casos de corrupción por dilaciones en el proceso.
El autor ha apuntado que, con esa actitud, 'parece que al legislativo le vaya bien que haya corruptos' y ha añadido que los políticos deberían procurar que la prescripción de las causas no impida a los corruptos devolver el dinero que se embolsaron, porque ésa es la reinserción para los delincuentes de 'cuello blanco'.
Loperena se ha referido también al caso del expolio del Palau de la Música, en su opinión protagonizado por un 'loco' que se reveló como un gran 'conseguidor de subvenciones', pero al que acabaron perdiendo sus ansias de enriquecimiento a costa de las arcas públicas.
El letrado se ha unido a las voces críticas con el juez instructor Juli Solaz, que dejó en libertad con cargos a los exresponsables del Palau de la Música Fèlix Millet y Jordi Montull, y ha criticado que no encarcelara a los imputados al menos 'durante un mes' porque, en su opinión, está demostrado que sacaron clandestinamente del edificio modernista documentación que les incriminaba.
