Arte et Alia

Visol año XXV, la casa por la ventana

Ocaña Martínez, Jason, Gallus et Hipocam.
photo_camera Ocaña Martínez, Jason, Gallus et Hipocam.

Un cuarto de siglo ha pasado para la Galería de Arte ourensana, un referente desde la calle de Santo Domingo, 33. Maricarmen Vidal Souto, es la galerista. Ella ha llevado el peso de esta pequeña empresa, que es como un fanal para la ciudad, que brilla desde su cristal, con un espacio interior transformado en su día desde aquel bajo comercial del Bazar Visol familiar, de loza y cristalería fina, por el arquitecto carballinés Fernando Blanco, un creativo trabajo de interiorismo y rediseño aún actual. Aquí han expuesto pintores, escultores y grabadores, ceramistas y fotógrafos. Aquel es, asimismo, pintor y escultor, una rara avis en nuestro Ourense. De su mano ha salido el monumento a la Xeración Nós del Campus de Ourense, 1997, mas otras han desaparecido, caso de su famosa y controvertida escultura conmemorativa del XXV aniversario del Parlamento. Expuso en Visol hace diez años sus arquitecturas “da cor”, y hoy enriquece esta amplísima colectiva de sesenta artistas que arropan con sus obras la acción trascendente de la acción del arte, más allá del intercambio de bienes, una virtud del intelecto y oficio, antiguo arte liberal pues hace libres, en su prístina definición. Con Maricarmen está, desde hace una década, como asesora artística la pintora Tareixa Taboada, que ha realizado aquí varias exposiciones.

Han expuesto con gran éxito el verinés Fernando Barreira sus Pecados provinciales, el mallorquín Leandro Sánchez su Dieta mediterránea, y Mezzotintas la grabadora viguesa de origen ourensano Yolanda Carbajales. Asiduas han sido María Lezón y Lola Catalá. Las individuales de Poldras, érase unha vez o deserto, con colografías; Manuel Catoira: dos biosbardos e outras ausencias; X. Vilamoure y Taschen I, José María Barreiro en pequeño formato, Agra, Marcela Santorun o Raúl Diniz. Las de la artista cacereña Ana Hernández San Pedro hace un par de años, la del pintor tudense Juan Valcárcel, y la de Santi Barreiros con Nito Contreras fueron esplendentes. La fórmula de dos o tres artistas es muy efectiva, quedándonos en la memoria además de la mencionada las de Soledad Penalta e Isabel Pintado, Figueiras y Karballo, Ehlaba Carballo de Dios con Andrés Tife, Baldomero Moreiras y Luis de las Cuevas, Manuel Vidal c/ Andrés Santeiro y la de tías e sobriñas de Luís Estévez y Lazcano. Con ellos Lloréns, Romaguera y Rivada, Álvaro de la Vega con Patinha y Pestana o Tachibana con Alexandro y Vidal, esta hace diez años.

Maricarmen Vidal Souto abrazada a una de las esculturas talladas por su hermano artista.JPG_web

Maricarmen Vidal Souto abrazada a una de las esculturas talladas por su hermano artista.

Para ella han mandado interesantes obras, entre otros, Acisclo, Xabier Cuiñas y Ramón Conde, Lamazares, Xosé Rivada, Alexandro, González Villar o Nicolás. Entre todas, dos nos han interesado especialmente, la de Carlos “Vello”, una imaginativa visión surreal de la Burga; y la doble, anverso y reverso, tan sorprendente del madrileño de adopción José Antonio Ocaña Martínez, que remata en la parte posterior, un óleo en lino belga. La exposición se asienta en el eje-Vidal, con tres estatuas-columnas en sala y su acordeonista al fondo, lo que nos retrotrae a su última exposición de premonitorio título, Incursión al fondo del estudio. Hay, de manera excepcional, un catálogo de la muestra. Enhorabuena.

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