El Arenteiro es terrenal. Cayó ante el Langreo por 0-1 y encajó la segunda derrota de la temporada, en Espiñedo, dónde también había sido la primera, en aquella ocasión ante el Compostela.
Y es que el plantel verde tiene tan malacostumbrada a la parroquia que casi resulta imposible que puedan perder. Ayer lo hicieron, pero por varias circunstancias. La primera es que, luego de muchas fiestas y celebraciones, la desconexión, por mucho que se quiera evitar, es evidente.
Sobre todo después de una temporada tan exigente y sin tiempo a poder disfrutar los éxitos. La segunda, que el técnico Javi Rey apostó por darle minutos a los menos habituales y, en algunos casos, la falta de ritmo también tuvo que ver. Y por supuesto, la motivación. Algo que el Langreo tenía, ya que se está jugando la vida, y los verdes no, puesto que tienen la temporada finiquitada. A nadie le gusta perder pero estas ya no son sus guerras.
El partido comenzó con el pasillo de honor que los asturianos le hicieron al merecido campeón. Pero solo eso, desde el pitido inicial dejaron claro lo mucho que se jugaban. Y a los 20 segundos ya realizaron el primer lanzamiento de Chus Ruiz sobre el meta Adriá Rojas, uno de los seis menos habituales que ayer estuvieron en el once inicial de los de Javi Rey. La réplica local fue de David Álvarez y otra vez Bayo Mben puso a prueba al meta local.
Tras el ímpetu visitante, el partido entro en una fase de más igualdad y escasez de ocasiones.
En la segunda parte el Langreo expuso más y buscó el gol. Avisó Chus Ruiz con un remate que dio en el larguero y se marchó fuera o Luis Sánchez con un disparo cruzado que marchó lamiendo el poste. Y en el 68 llegó el gol. Arzalluz profundizó por banda izquierda, centro raso al área y Bayo Mben empujo a la red.
El gol espoleó al Arenteiro que tuvo la mejor ocasión en una buena internada de Martín Lamelas que llegó hasta la línea de fondo, dio el pase de la muerte, pero nadie llegó a rematar. Los asturianos miraban el reloj buscando un final que no llegaba para llevarse tres puntos de oro, mientras el Arenteiro no lograba empatar. Daba igual. Su temporada está lista y no se le puede exigir nada más.
