El Burgos hace semanas que consiguió un ascenso a la Liga ACB que tardará en materializar. Así de complicado es ahora hacer efectiva una gesta que cuesta mucho conseguir en la cancha pero mucho más en los despachos.
La otra plaza se la pelearán Andorra y Alicante. La misma ilusión que el Burgos pero ellos después con menos tiempo para promocionar. Eso siempre que traten de conseguirlo. Quizá renuncien ya de primeras.
Manresa y Lagún Aro están atentos a lo que ocurra pero no son los únicos. El ascenso a la ACB supone ahora un rosario de rumores y especulaciones sobre plazas fantasma, canones, avales, deudas y conversiones en SAD de las que ni lo implicados conocen toda la letra pequeña. Un galimatías que siempre suena a utopía pero la pasada campaña sí pudo hacer realidad el Canarias y que ésta tiene muchas papeletas para conseguir el Burgos. El premio es enorme como para no intentarlo.
COB y Breogán son de los pocos que tienen el camino allanado de antemano. Ellos ya son SAD y ya tienen en el canon depositado en la ACB. Les faltaría lo que nunca es problema, el famoso fondo de compensación de ascenso y descensos. 1,5 millones de euros que se garantizan al ascender pero que se recuperan cuando un club desciende. Una cantidad sin riesgo y la que menos dolores de cabeza genera para los clubes implicados en su búsqueda. Los tres millones del canon de llegada a la Liga ACB o incluso en el caso del Burgos el no disponer de pabellón con la capacidad mínima son un problema bastante mayor. Otro problema sin relevancia para clubes como COB y Breogán. Los dos clubes más representativos del baloncesto gallego son el mejor ejemplo del sinsentido al que ha llegado el deporte profesional.
Ellos cumplen todos los requisitos que otros envidian pero son 'castigados' con gastos adicionales al ser ya SAD. El COB está al día con Hacienda y con la Seguridad Social y terminará la temporada al día con su plantilla pero la falta de apoyo hace temer el futuro de un club que en otras ciudades sería llevado bajo palio.
Semanas clave
En Lugo, el presidente del club anunció su intención de pasar a un segundo plano en la directiva y dejar al máximo accionista, la Diputación, al frente de la operaciones. En Ourense, el presidente Roberto Fernández Añel tiene claro que no le importaría asumir el reto de liderar de nuevo el proyecto pero tendiendo la mano a una cooperación innegociable que no ha tenido esta campaña y que no se refiere precisamente a desembolsos económicos.
Semanas clave para acabar de decir el rumbo que tomará el COB la próxima temporada con la intención de consolidarse en la Liga que le corresponde sabiendo que tiene como cimiento una solvencia económica, social e histórica que le permita soñar cualquier cosa si alguna vez los resultados lo sitúan en una situación que otros tratan ahora de hacer realidad.
COB y Breogán son los únicos equipos de la LEB Oro que pueden soñar por méritos propios y argumentos fiables a algo que otros aspiran gracias a ayudas instituciones que aquí no se tienen.
Manresa y Lagún Aro están atentos a lo que ocurra pero no son los únicos. El ascenso a la ACB supone ahora un rosario de rumores y especulaciones sobre plazas fantasma, canones, avales, deudas y conversiones en SAD de las que ni lo implicados conocen toda la letra pequeña. Un galimatías que siempre suena a utopía pero la pasada campaña sí pudo hacer realidad el Canarias y que ésta tiene muchas papeletas para conseguir el Burgos. El premio es enorme como para no intentarlo.
COB y Breogán son de los pocos que tienen el camino allanado de antemano. Ellos ya son SAD y ya tienen en el canon depositado en la ACB. Les faltaría lo que nunca es problema, el famoso fondo de compensación de ascenso y descensos. 1,5 millones de euros que se garantizan al ascender pero que se recuperan cuando un club desciende. Una cantidad sin riesgo y la que menos dolores de cabeza genera para los clubes implicados en su búsqueda. Los tres millones del canon de llegada a la Liga ACB o incluso en el caso del Burgos el no disponer de pabellón con la capacidad mínima son un problema bastante mayor. Otro problema sin relevancia para clubes como COB y Breogán. Los dos clubes más representativos del baloncesto gallego son el mejor ejemplo del sinsentido al que ha llegado el deporte profesional.
Ellos cumplen todos los requisitos que otros envidian pero son 'castigados' con gastos adicionales al ser ya SAD. El COB está al día con Hacienda y con la Seguridad Social y terminará la temporada al día con su plantilla pero la falta de apoyo hace temer el futuro de un club que en otras ciudades sería llevado bajo palio.
Semanas clave
En Lugo, el presidente del club anunció su intención de pasar a un segundo plano en la directiva y dejar al máximo accionista, la Diputación, al frente de la operaciones. En Ourense, el presidente Roberto Fernández Añel tiene claro que no le importaría asumir el reto de liderar de nuevo el proyecto pero tendiendo la mano a una cooperación innegociable que no ha tenido esta campaña y que no se refiere precisamente a desembolsos económicos.
Semanas clave para acabar de decir el rumbo que tomará el COB la próxima temporada con la intención de consolidarse en la Liga que le corresponde sabiendo que tiene como cimiento una solvencia económica, social e histórica que le permita soñar cualquier cosa si alguna vez los resultados lo sitúan en una situación que otros tratan ahora de hacer realidad.
COB y Breogán son los únicos equipos de la LEB Oro que pueden soñar por méritos propios y argumentos fiables a algo que otros aspiran gracias a ayudas instituciones que aquí no se tienen.
