El Barbadás no levanta cabeza

El portero local Berto, el mejor en la tarde de ayer, despeja una pelota colgada sobre su área (JOSÉ PAZ)
photo_camera El portero local Berto, el mejor en la tarde de ayer, despeja una pelota colgada sobre su área (JOSÉ PAZ)

Un solitario gol del delantero Jacobo a los cuatro minutos le fue suficiente al Pontevedra para llevarse los tres puntos del campo de Os Carrís

El Barbadás sigue su cuesta abajo particular y no logra cambiar el rumbo de una dinámica que le lleva cada jornada que pasa a ir perdiendo fuelle, y convertirse en un equipo más ramplón, al que la mordiente y chispa que tenía hace semanas parece haberle abandonado. Si a mayores se le suma que le cuesta mucho hacer un gol, se traduce en lo que sucedió en el partido ante el Pontevedra, que perdió por 0-1, y pudieron ser más.

Porque los pontevedreses, que se adelantaron a los cuatro minutos gracias a un desajuste defensivo que Jacobo aprovechó en el segundo palo para marcar, no tuvieron su tarde, si no el partido hubiera quedado sentenciado en los primeros cuarenta y cinco minutos.



Berto salvó la goleada

Las ocasiones caían sobre la meta local una detrás de otra. Probaron Pedro García y Pablo Carnero desde lejos, y Berto empezó a engrandecer su figura. Remató de cabeza Campillo a la salida de un corner y se lució el portero local. Berto sacó una mano providencial a disparo de Mouriño para despejar de nuevo a saque de esquina algo que repitió esta vez con el pie para desviar un tiro de Pedro García, incluso Jorge Rodríguez se volvió a encontrar con el ribadaviense, que evitó el gol visitante por enésima vez. En los locales una falta que botó Jaime Fernández que tras dar en la barrera se fue a córner. Milagrosamente para los azulones llegó el descanso con el 0-1, que era lo mejor que le podía pasar.

La segunda parte fue otra historia bien diferente, pero para peor. En el primer minuto dos ocasiones, una para cada equipo. La del Pontevedra por medio de Jacobo, que salvó Berto, la de los locales, una falta que tiro Jaime y Edu mandó a corner. Y ahí se acabó la polvora. Los cuarenta y pico minutos que faltaban fueron muy pobres. El Barbadás, encorajinado, lo intentaba, pero el único peligro era en balones colgados o en estrategia. Peor fue lo del Pontevedra, que desapareció del partido, y casi acaba pidiendo la hora ante la desesperación de un Luisito que veía como en una jugada aislada le podrían birlar dos puntos.

El partido se cerró con el 0-1 y, en resumen, a la espera del delantero, el Barbadás sigue una semana más sin ganar y sin marcar, que al final en fútbol es de lo que se trata.

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