EN GALICIA

Las cañas vuelven al trastero

Un pescador durante una jornada de actividad en el río Arenteiro (XESÚS FARIÑAS).
photo_camera Un pescador durante una jornada de actividad en el río Arenteiro (XESÚS FARIÑAS).
Frustración después de que la pesca deportiva quedara excluida de la fase 1 del "Plan para la transición hacia la nueva normalidad", que entra en vigor mañana

Por qué la población puede ir a correr o andar en bicicleta y los aficionados a la pesca no pueden tirar la caña? Esta pregunta se la están haciendo alrededor de cien mil pescadores ourensanos y gallegos desde que el pasado 2 de mayo el gobierno estatal comenzara la desescalada de medidas restrictivas debido a la crisis del coronavirus. 

Pero este extremo, que fue punto de polémica y debate no solo en foros sociales y deportivos, sino también políticos, se convirtió este sábado en frustración para los pescantines ourensanos y gallegos. La causa, muy sencilla. La pesca deportiva ha quedado excluida también de la fase 1 del "Plan para la transición hacia la nueva normalidad". Este sábado se publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) la orden del Ministerio de Sanidad para la flexibilización de restricciones establecidas tras la declaración del estado de alarma y en la nueva fase de desescalada que entra en vigor mañana, en la que regresa la actividad deportiva profesional y federada, se prohíbe expresamente la caza y la pesca deportiva.

Después de ver alterada la actividad justo el fin de semana que arrancaba la temporada, la pesca respiraba aliviada cuando el 24 de abril el presidente de la Xunta anunciara que iba a solicitar al gobierno central que la pesca de río fuese incluida entre las actividades deportivas de los tramos iniciales de la desescalada. Llamó ya la atención que en la fase 0 iniciada hace ocho días no se permitiera la práctica de la pesca deportiva, pues se trata de "una actividad que se realiza de forma individual y en plena naturaleza, y por ello no supone riesgo alguno para la salud de las personas", aseguraba Gabriel Pérez, delegado en Ourense de la Federación Gallega de Pesca.

Las aguas parecían volver a su cauce cuando el miércoles la Xunta publicaba en el Diario Oficial de Galicia (DOGA) el levantamiento de la suspensión existente sobre la pesca fluvial, haciendo mención a un acuerdo con el Comité de Coordinación Operativa. Este sábado, el BOE se encargó de ventilarlo.

Así pues, las cañas vuelven al trastero. Desde la Federación Gallega de Pesca se habla de "frustración, porque entendíamos que la pesca deportiva es una actividad que no supone riesgo alguno de contagio", reconoce Gabriel Pérez.

"Entendemos que es una actividad con un riesgo de contagio mínimo, pero no se nos ha dado explicación alguna", señala Gabriel Pérez

"Hubo mucha polémica con el tema de la pesca, y ahora se aclara definitivamente, pero por desgracia con la decisión que no queríamos y que tampoco entendemos. No nos han dado explicación alguna de por qué no se incluye nuestro deporte en la fase 1. Es cierto que en el primer avance de la hoja de ruta de la desescalada la vuelta de la pesca deportiva se incluía en la fase 2, es decir, a partir del 25 de mayo, pero entendíamos que era una actividad con un riesgo de contagio muy pequeño, o cuanto menos no superior a caminar, correr o andar en bicicleta, y debería haberse contemplado su inclusión desde el momento en el que se permitió la actividad física al aire libre (el sábado 2 de mayo)".

Ahora, "toca esperar" dos semanas más, hasta el día 25. Lo peor de todo es "la frustración, la incertidumbre e inseguridad que esta decisión provoca en los pescadores", lamenta el delegado federativo.

La gente ya estaba preparando la caña y casi montando la mosca, pero si el gobierno central sigue erre que erre hasta el lunes día 25 de mayo nada de nada.

Cotos, competición...

A la Xunta le toca ahora proceder a la devolución de los cotos vendidos y no disfrutados, proceso que ya está regulado. El día 1 se debería haber puesto en marcha la temporada del salmón, para la que se disponen muchos menos cotos que para la trucha, por ejemplo.

La vuelta de la competición supondría el último paso en la desescalada particular de la pesca. La Federación Española ya ha suspendido los eventos internacionales y a partir de ahí toca valorar lo demás.

Con explicaciones o sin ellas, la pesca deportiva debe pues esperar.

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