Julio Fernández: “La carrera tiene que ser alegría”

Julio Fernández, iniciador e impulsor de la San Martiño, recalca que "la prueba se ha desbordado, que es la mejor noticia que podíamos tener" 

Mucho ha llovido desde 1977, cuando nació la actual popular do San Martiño. El domingo 20, la carrera ourensana llegará a su cuadragésima edición.

Julio Fernández, el iniciador e impulsor de la prueba, recuerda que "la idea era que la carrera creciese cada día, que la gente se concienciase que Ourense tenía potencial para organizar una carera popular todos los meses de noviembre".

Lo que empezó siendo una reivindicación por la falta de instalaciones es hoy, 40 años después, una prueba completamente consolidada. "La carrera se ha desbordado, que es la mejor noticia que podíamos tener. Queríamos reclamar el atletismo en la calle, era una inquietud que muchos teníamos y apoyábamos", subraya Fernández.

"Siento una satisfacción muy grande, algo así como cuando un hijo triunfa en la vida. Porque son muchos años ya, muchos años en los que los ourensanos identifican la fiesta de San Martiño con una carerra popular", reflexiona.

La irrupción de los atletas africanos supuso una indudable profesionalización de la carrera en el apartado meramente deportivo, sin que eso cortase mínimamente las alas de una prueba que popular empezó siendo y popular continúa casi medio siglo después.

La salud del atletismo

Por cierto, ¿cuál es la salud del atletismo ourensano? "Se ha vuelto a fomentar el atletismo local después de una etapa de apariencia, de una etapa en la que se persiguió una plaza en la elite con equipo construidos a golpe de talonario. Eso está muy bien, pero siempre y cuando no se deje de lado la base. Ahora parece que se vuelve a las raíces, está muy bien tener atletas en lo más alto de la pirámide, porque estimula, pero también que la parte de abajo sea cada vez más amplia, que se apueste con fuerza por los escolares", relata Fernández.

1977 fue el año cero, 2016 el año 40. ¿Qué espera? "Sobre todo que la gente disfrute, que impere el respeto entre todos los participantes y también con los que no corren la carrera pero desde fuera son igual o más importantes que los atletas, todos aquellos que velan porque la prueba sea un éxito en todos los sentidos. Y por encima de todo que haya mucha alegría", finaliza.

 

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