HEMEROTECA

Cruyff se bautizó en O Couto

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photo_camera Recorte de La Región de la previa del Ourense-Barcelona, disputado el 20 de octubre de 1973 en O Couto.

En el agosto de 1973, el Barcelona fichó al mejor futbolista del mundo. Dos meses más tarde, El Flaco jugaba en Ourense su primer partido como culé fuera del Camp Nou

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Un brindis entre Johan Cruyff,  Rinus Michels, Armand Carabén y Cor Coster certificó la operación en un hotel. Futbolista, entrenador, directivo y suegro/representante celebraban el traspaso más caro de la historia del fútbol: 60 millones de pesetas para cambiar Amsterdam por Barcelona. Era el 19 de agosto de 1973, y tras meses de negociaciones con el Ajax (en las que El Flaco llegó a amenazar con retirarse si no le dejaban irse), Cruyff ya era culé. 

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Dos semanas más tarde, mientras aterrizaba en España, el club blaugrana cerraba otro fichaje. Como venía anunciando desde hacía varias semanas Ellacuriaga, redactor de La Región y corresponsal del Mundo Deportivo, el ourensanista Manolo Tomé firmaba por el Barcelona. El presidente del CDO, Antonio Docabo, cerró en La Masía una operación cifrada en 12 millones de pesetas y las cesiones de Teixidó y Pousada. Además, a cambio del traspaso del volante de 23 años, el club conseguía un último extra. Un amistoso entre el Ourense y el FCB en O Couto.


 

Con su melena y sus pantalones de pata de elefante, la llegada del mejor futbolista del mundo tuvo algo de liberador en un país todavía encerrado en el franquismo. Cruyff fue ‘més que un fitxage’ para un Barcelona que llevaba una década sumido en una profundísima depresión.

“Personalmente era callado, un tipo normal. Un gran compañero. Pero en el campo era un fuera de serie. Tenía muchísima velocidad, y hacía fácil lo difícil. Daba un pase que era imposible de imaginar y te dejaba solo”. (Manolo Tomé)

Como venganza a la marcha del tipo que lo había hecho tres veces campeón de Europa de forma consecutiva (1971-73), el presidente del Ajax, Jaap Van Praag, presiona a la federación holandesa para que no otorgue a Cruyff la baja federativa que le permitiría jugar en España. Lo consigue, y el futbolista queda en el limbo de la burocracia.

La Liga 73-74 empieza el 2 de septiembre sin el nuevo icono blaugrana. Su equipo pierde en Elche (1-0), con el holandés en la grada. Buscando que pueda ir conociendo a sus compañeros mientras no se arregla su situación, Rinus Michels concierta varios amistosos. El primero, -el 5 de septiembre ante el Brujas-, termina con doblete del holandés y goleada (6-0): ‘Johan Cruyff nos asombró a todos’, tituló el Mundo Deportivo. El 26 de septiembre llegaría el Kikers Offenbach alemán, que serviría además para que Tomé -que todavía jugaba con el Ourense- debutase en el que sería su estadio durante cuatro temporadas (“el orensano luchó y batalló con suerte varia” ). Ya en octubre, y mientras el equipo se va hundiendo en la tabla sin su estrella, Cruyff juega el 17 de octubre ante el Arsenal (1-0). Tres amistosos en el Camp Nou, tres victorias. Y solo tres días después, el Ourense.

 “Lo recuerdo como un acontecimiento muy grande. Cruyff era el mejor jugador del mundo, todo Ourense quería estar en O Couto” (Manolo Tomé)

A las 17,00 horas de ese viernes 19 de octubre, la expedición blaugrana cogió un avión en El Prat, rumbo Madrid. Allí tomarán el 'exprés' nocturno Rías Altas. Enfilan Ourense en las primeras horas de la mañana del sábado. 

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“Hay sin embargo un aspecto del partido que ha sido ampliamente comentado y no en términos elogiosos precisamente. Nos referimos al precio de las entradas… los socios tendrán que desembolsar 250 pesetas..." (El Arquero, en La Región)

Pese a la enorme expectación, los precios de las entradas terminarían impidiendo el lleno. El partido arrancó, puntual, a las 19,45 horas. Con Cruyff en el campo. 

cruyffEran sus primeros minutos fuera del césped del Camp Nou, pero no defraudó a nadie. "Cruyff fue el director de orquesta del cuadro azulgrana", escribió el cronista de LR. Tras "un par de portentosas jugadas", anotó el primer gol del Barcelona en el minuto 22: “Aicart se hace con el balón, centra sobre Cruyff, quien serenamente chuta y marca”.  Pero el Ourense respondió. Con Tomé al mando (ese partido lo jugaría con la camiseta rojilla), los locales aguantaban el tipo y solo tres minutos después, Pachín dibujó un ataque que Quirós terminaría aprovechando. Empate. Con el equipo local "haciendo frente a un Barcelona plagado de figuras”, el árbitro ourensano Barbosa pitó el descanso. Y ahí llegaría la polémica.

Captura de pantalla 2016-03-17 a las 13.02.36(La Región)

O Couto no solo quería ver al mejor jugador del mundo. Quería ganarle. Pero ese carrusel de cambios orquestado por el entrenador local, León Lasa, resintió el nivel del equipo. Y los hinchas, que todavía estaban tratando de digerir el desorbitado precio de las entradas, se terminaron de mosquear.

"Todos estos cambios fueron mal acogidos por el público al ver la pobreza de juego y la escasa cohesión y entendimiento que había entre los jugadores, lo que llevó a muchos aficionados a dirigirse al palco presidencial y abuchear a los futbolistas locales" (Ellacuriaga, en la crónica de La Región). 

Mientras, Cruyff aprovechaba un desbarajuste en la defensa ourensanista para volver a poner al Barcelona por delante. Cos pondría después el tercero. El partido terminó con el crack sobre el campo. Había jugado los 90 minutos, completando, según su entrenador, "el mejor partido desde que está aquí".

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O Couto terminaría dando suerte al holandés. Aunque su situación administrativa no esperaba soluciones hasta diciembre, solo una semana más tarde de jugar en Ourense su destino varió. El sábado 27 de octubre la federación holandesa desbloqueó el tránsfer. Debutó al día siguiente contra el Granada. El Barcelona estaba penúltimo. Cruyff marcó dos goles, y su equipo no volvería a perder en el resto de la temporada que dejó el famoso 0-5 en el Bernabéu. 14 años después, el Barcelona se proclamaba campeón de Liga. 

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