Las ganas de hacerlo bien, de agradar o sencillamente de sumar pueden jugar en contra del equipo
El deporte y los éxitos o fracasos a nivel de resultados parten, en muchas ocasiones, del estado de ánimo de los protagonistas.
Las ganas de hacerlo bien, de agradar o sencillamente de sumar un nuevo gol o una canasta pueden jugar en contra del equipo y dar al traste con una preparación metódica y cuidadosa.
En esa ecuación de sentimientos y alguna que otra frustración, la tranquilidad y experiencia de un líder resultan clave. Se vivió en el Pazo Paco Paz con amargo final el viernes con Ahonen, se revivió el sábado con Sara Moreno marcando el camino de la victoria y se confirmó ayer domingo con Joni, jugador de la UD Ourense anotando dos importantes goles saliendo desde el banquillo.
El deporte, injusto en tantas ocasiones busca siempre referentes, faros en los que mirarse, un motor que tire del coche cuando la pendiente es demasiado fuerte.
Por eso, las victorias o derrotas tienen ese componente sentimental. Un punto o un gol pueden marcar una semana de trabajo. Lo mejor, pensar que lo bueno o malo es cíclico. Los resultados siempre premian al trabajo.
