Verín y Barbadás, a la espera de que escampe

El lateral del Verín Brais deja atrás a Cheri, del Barbadás, ayer en el José Arjiz de Verín.
photo_camera El lateral del Verín Brais deja atrás a Cheri, del Barbadás, ayer en el José Arjiz de Verín.
El Verín despide en el Arjiz con una igualada sin goles ante el Barbadás y entre truenos y un aguacero importante una temporada muy desgraciada

Entre truenos y un aguacero importante despidió la categoría el Verín, entre los aplausos de los aficionados de la parte derecha de la tribuna dejaron la Preferente Galicia los futbolistas. Nada había en juego ya en la visita del campeón, un Barbadás con toda la línea de ataque muy alejada de la habitual. Ni un reproche, ni un silbido, ánimo y ganas de mirar hacia delante. No pudieron decir adiós con victoria los verinenses, que se acercaron más al gol que los visitantes, sobre todo en la primera parte. Porque la segunda fue una pelea contra la lluvia, con balones que a veces se frenaban y otras salían despedidos en cuanto contactaban con la hierba. El futuro, mirar al futuro, nunca llovió que no escampase.

Poco varió la alineación Guillermo García, aquello de ‘para lo que me queda en el convento…’. Sí movió el árbol con ganas Agustín Ruiz, que al fin y al cabo el ascenso a Tercera ha sido cosa de todos. Así que Ezequiel ocupó la portería (luego, en la segunda mitad, fue reemplazado por Atanes), a la vez que Isma estuvo acompañado por futbolistas poco habituales, por Cheri, Xaco y Litos. 

Mucho, mucho tardó en llegar la primera ocasión de gol, otra cosa es que mereciera la pena esperar. Adrián Mouriño pateó con la derecha buscando la escuadra más alejada, el vuelo espectacular del guardameta le dejó ojiplático. Se jugaba el minuto 24. La respuesta del Barbadás llegó a la media hora, Parrilla pegó fuerte un par de pasos más atrás de la frontal del área y Miguel Gándara se las vio y se las deseó para repeler esa pelota. 

Ritmo de juego había, el hecho de que ni a Verín ni a Barbadás le sirviesen de algo los puntos no significaba ni dejadez ni falta de intensidad a la hora de disputar la pelota. Otra cosa es que con un césped tan mojado era la precisión en los pases algo fundamental para crear fútbol. Allá por el minuto 35, Luis Ossorio ganó la línea de fondo y el centro fue cabeceado sin maldad en el segundo palo por Isi. La primera parte se despidió con un intento más, éste de Luis Ossorio, ligeramente desviado.

El segundo tiempo no dio tregua, llovió con ganas. Era grande la tentación de probar a los porteros, Ossorio lo buscó a balón parado, Ezequiel detuvo apuradamente en dos tiempos. Quería y quería el Verín, al fin y al cabo era él el que estaba obligado a despedirse con buena cara. A una falta desde la izquierda no llegaron ni Jorge Aires ni Isi, ya con Borja Atanes bajo los palos del Barbadás. Quedaban poco más de veinte minutos y no había manera de mover el marcador.

En el minuto 67 ya había agotado los cinco cambios el Barbadás, uno más tarde apareció Sergio Álvarez para inventarse un pase excelente para Hugo García. Un mal control del delantero centro dejó la jugada en nada.

Con una falta que colocó en el área Adrián Mouriño y la cabeza de Germán Pérez lejos de la puerta se terminó el arsenal ofensivo de los locales, que hasta ahí llegaron. Lejos, desde luego que muy lejos que las intenciones con las que se afrontó la temporada. Pero nunca llovió que no escampase.

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