El Polígono, que sigue sin ganar en el Antonio González, pudo salvar un punto a falta de cuatro minutos ante un rival que opuso gran resistencia
El Francelos rozó su segunda victoria en el campo Antonio González ante un Polígono que fue demasiado previsible en su juego. Solo a falta de cuatro minutos para la conclusión del encuentro pudo romper la muralla visitante.
En función de las sensibles bajas que tenían ambos equipos, fue el cuadro de Amancio Rodríguez el que mejor supo leer el partido, con un claro 4-5-1 como esquema que le estaba dando fortaleza defensiva, donde Guede supo ganar la partida en los balones aéreos y su medio campo, con un infatigable trabajo de Martín, le cerraron todos los caminos a los industriales.
No fue la tarde de Choupas, a pesar que lo intentó, como Rubén Villa, mientras Adrián Bolaño se fajaba en busca del gol. Todos se encontraron entre los tres palos con la segura labor de Quique.
El Francelos avisaba de sus intenciones con un Alén siempre inquieto y Aarón en ambas bandas junto a su compañero Tomás.
Superada la media hora, Martín metió una formidable asistencia para Tomás, que recortó ante la salida de Alberto y definió con mucho oficio y tranquilidad con toda la portería a su disposición. Era el 0-1 y el panorama para el equipo de Borja González se nublaba aún más que la tarde.
Con la obligación de empatar el partido salió en la segunda parte el Polígono, pero su juego fue tan previsible que facilitaba la labor de su oponente, que poco a poco montó una auténtica muralla. El cuadro visitante no se conformó con la mínima ventaja, y a la contra dispuso de tres ocasiones para sentenciar, pero primero Alberto salvó ante Tomás y luego el defensa Schuster. Unos minutos más tarde, Aarón no pudo darle dirección al remate bajo los palos y el posterior despeje de un defensor le quedó a Cani cuyo disparo se estrelló en el cuerpo de un industrial.
Empate agónico
La presión del Polígono chocaba una y otra vez contra el buen hacer visitante. Hasta que llegó el empate. El defensa Toni peinó en el primer palo un centro sobre el área, que le cayó a Adrián Bolaño que con gran decisión no perdonó delante del portero Quique para firmar el 1-1 definitivo.
