Cuatro años hacía que no se celebraba un Memorial Lito recuperado para la causa por el organigrama que encabeza Anibal Pereira y que forman un grupo de ex jugadores reconocidos y reconocibles en la provincia. Ourense, escuela total de fútbol se encargó de organizar la VII edición del torneo alevín de fútbol siete.
El escenario no pudo ser mejor, el campo de O Couto. Por los dos campos de juego pasaron 200 niños de 16 equipos a los que se sumaron un buen número de padres, aficionados y ex futbolistas como Nolis, Montenegro, Bericar, Victor, Adolfo o el propio Anibal Pereira. Fue una fiesta del fútbol. Hemos contado con todas las escuelas de la provincia y salió todo perfecto, asegura Pereira.
En lo puramente deportivo el ganador fue el equipo de Lalín que se impuso en la final al Arenteiro en la tanta de penaltis. Era el único equipo que no era de Ourense. Lo invitamos para ocupar la plaza que dejó vacante el Allariz y se acabó llevando el torneo, apuntaba Anibal.
En la pelea por el tercer peldaño del podio salió vencedor el Pabellón que tuvo que recurrir también a la tanda de penaltis para derrotar al Ribeiro. Empate a un gol fue el resultado al finalizar el tiempo reglamentario.
Labor social Por encima de los resultados el objetivo que perseguían los organizadores era potenciar la convivencia: En esta edades el mensaje llega perfectamente. Queremos ver el fútbol como una escuela de vida potenciando valores como el respeto al árbitro y los compañeros. No se mostró ni una tarjeta. El mejor ejemplo.
La Primera división también se hizo notar
Ourense tiene dos buenos representantes en la máxima categoría del fútbol español. El jugador del Valladolid Borja Fernández y el árbitro Bernardino Álvarez acudieron a la llamada de la organización y participaron en la entrega de trofeos. Álvarez tenía previsto arbitrar la final pero la organización adelantó el inicio del partido y cuando llegó el colegiado ya era tarde.
Mejor jugador, portero y máximo goleador
Además de los premios colectivos también hubo premios individuales. Bernardo González, del Ribeiro, fue nombrado mejor portero del torneo y Juan José Cancelas, del Arenteiro, mejor portero. El jugador del Barbadás Miguel Fernández, autor de siete goles, se llevó el premio al máximo goleador.
En lo puramente deportivo el ganador fue el equipo de Lalín que se impuso en la final al Arenteiro en la tanta de penaltis. Era el único equipo que no era de Ourense. Lo invitamos para ocupar la plaza que dejó vacante el Allariz y se acabó llevando el torneo, apuntaba Anibal.
En la pelea por el tercer peldaño del podio salió vencedor el Pabellón que tuvo que recurrir también a la tanda de penaltis para derrotar al Ribeiro. Empate a un gol fue el resultado al finalizar el tiempo reglamentario.
Labor social Por encima de los resultados el objetivo que perseguían los organizadores era potenciar la convivencia: En esta edades el mensaje llega perfectamente. Queremos ver el fútbol como una escuela de vida potenciando valores como el respeto al árbitro y los compañeros. No se mostró ni una tarjeta. El mejor ejemplo.
La Primera división también se hizo notar
Ourense tiene dos buenos representantes en la máxima categoría del fútbol español. El jugador del Valladolid Borja Fernández y el árbitro Bernardino Álvarez acudieron a la llamada de la organización y participaron en la entrega de trofeos. Álvarez tenía previsto arbitrar la final pero la organización adelantó el inicio del partido y cuando llegó el colegiado ya era tarde.
Mejor jugador, portero y máximo goleador
Además de los premios colectivos también hubo premios individuales. Bernardo González, del Ribeiro, fue nombrado mejor portero del torneo y Juan José Cancelas, del Arenteiro, mejor portero. El jugador del Barbadás Miguel Fernández, autor de siete goles, se llevó el premio al máximo goleador.
