En una sociedad con una competitividad brutal, es importante inculcar a los pequeños el disfrutar de la vida
Hace poco más de una semana, la noticia del accidente de dos compañeros de fatigas durante la disputa del Rally do Cocido me hicieron ver lo frágil que es todo.
En esos compases de incertidumbre, de no saber que sucedía y de sentir miedo, comprendí lo importante que es inculcarle a los nuevos valores que es importante hacer lo que te hace feliz, porque al final esos momentos serán los que te quedarás cuando lleguen los nubarrones, que llegarán.
No hablo del deporte solamente, lo hago también de la vida en general, especialmente en las más tiernas edades.
Por eso, nunca me cansaré de insistir en lo fundamental, dejar que las generaciones más tiernas prueben hasta encontrar lo que les gusta de verdad sin prejuicios ni presión sobre los resultados de un chaval que solamente quiere pasar un buen rato con sus amigos.
La competitividad irracional, querer ser el mejor en todo es lo que está haciendo que se pierda la esencia de la base. Por favor hagamos acto de conciencia para que eso cese.
Vivamos nuestra vida y disfrutemos con las cosas que nos hacen felices.
