Atleta paralímpico

José Javier Conde Pujana: ‘En carreteras ourensanas he fraguado la mayoría de mis éxitos deportivos’

El atleta, entrando en el ‘Nido de pájaro’, en Pekín.
Barcelona 1992, Atlanta 1996, Sydney 2000, Atenas 2004 y Pekín 2008 han contemplado al atleta paralímpico José Javier Conde Pujana, uno de los deportistas españoles más laureados de la historia. A sus 44 años de edad, y después de ser undécimo en el maratón de Pekín, pensó que era hora de retirarse, pero demostrando que esta gente está hecha de otra pasta ha decidido proseguir su carrera.
Acumula ya nueve medallas paralímpicas, y eso que ha llegado muy tarde a la disciplina.

A pesar de que mi problema ha sido de nacimiento siempre competía en el deporte convencional. A los 27 años, en una carrera en Burgos, habló conmigo el seleccionador nacional y me comentó la posibilidad de entrar en el equipo paralímpico. Un año después logré cuatro medallas de oro en Barcelona 1992.

¿Por qué tardó tanto en decidirse?

Antes había un gran desconocimiento del deporte paralímpico, yo de hecho tenía la idea de que era para ciegos o personas en silla de ruedas. Ahora, afortunadamente, hay mucho más conocimiento y reconocimiento de los deportistas paralímpicos.

En Pekín 2008 no se ha subido al podio por vez primera en unos Juegos, ¿qué ha pasado?

He sufrido una fractura de pubis y no acudía en las mejores condiciones pero aún así me vi con opciones de podio, aunque al final fui undécimo. Pensé en dejar la alta comptición pero creo que voy a poder evitar pasar por el quirófano y ello me anima a seguir en competición.

¿Cómo se plantea el futuro?

Yo disfruto con esto, me da igual quedar el 47, llega un momento en el que prevalecen otras cosas sobre los éxitos deportivos aunque tengo claro que siempre que compito es para hacerlo lo mejor que puedo. Mi meta ahora es recuperarme bien de esta lesión y poder llegar a mis sextos Juegos Paralímpicos consecutivos, aunque sé que Londres 2012 será muy díficil estar con los mejores.

Creo que de Maceda guarda muy buenos recuerdos.

Todos los veranos voy a la aldea de mi padre, Outeiro da Torre, y me lo paso muy bien. Además, en las carreteras ourensanas he fraguado la mayoría de mis éxitos deportivos. Su altitud es idónea para entrenarse y tengo un circuito de unos ocho kilómetros en el que preparo todas las grandes competiciones, y he ido incluso con compañeros de la selección española.

¿Cómo es el entrenamiento de un atleta paralímpico?

Estando en la alta competición vives para eso. Desayunas para entrenar, después entrenas, luego comes pensando en el entrenamiento de la tarde, vuelves a prepararte y a la noche tratas de recuperarte para unnuevo día. Normalmente hacía 240 kilómetros a la semana.

¿Qué supone la concesión de la Medalla de oro?

Es lo máximo, y como dice el Rey, ‘me llena de orgullo y satisfacción’. Hace años veía agravios comparativos entre el deporte convencional y el nuestro, y no sólo en lo económico, en los medios no se hablaba del paralimpismo. Ahora es distinto, hay muchos más apoyos. Nuestros éxitos son ahora más valorados.

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