Modesto López y Chuchi Hidalgo recuerdan a Arsenio Iglesias: “Para mí fue como un padre”

Mucho que decir y poco que contar”, así comenzó la rueda de prensa Arsenio Iglesias tras fallar Djukic el penalti que le hubiese dado la liga al Deportivo en 1994. Así era el “Bruxo de Arteixo”, que con su peculiar método de trabajo y su retranca consiguió llevar al conjunto herculino a lograr la Copa del Rey y pelearle el campeonato liguero al “Dream Team” de Johan Cruyff y al Real Madrid de Jorge Valdano.

Ayer falleció en A Coruña, a los 92 años, la figura más importante en los 116 años de historia del Deportivo. Dos ourensanos, Modesto López y Chuchi Hidalgo, tuvieron la fortuna de estar bajo las órdenes de Arsenio Iglesias. El exdefensa Modesto López recuerda al “Zorro de Arteixo” como “una gran persona, de la cual guardo un buen recuerdo. Coincidimos dos temporadas y media, y siempre contó conmigo, era un hombre muy recto, siempre iba de frente y trabajaba de una forma diferente a los demás. Una vez que me retiré, coincidí varias veces con él y el trato siempre fue exquisito, solo puedo tener buenas palabras hacia él”.

El exjugador de CD Ourense y Compostela tiene muy presente que “nos cuidaba como si fuera nuestro padre, en los desplazamientos era capaz de entrar a las cocinas de los hoteles para que nos sirvieran rápido. Nos trataba muy bien, venía por las mesas y nos servía vino, algo que hoy en día sería impensable”.

Asimismo, hace hincapié en que “además de ser una persona afable y campechana era un gran entrenador. Trabajaba muy bien los partidos, es cierto que era un técnico de la vieja escuela, pero sus métodos daban resultados. Recuerdo perfectamente como gracias a él logramos salvarnos in extremis en Segunda con un gol de Vicente en el minuto 92 y llegamos a las semis de Copa ante el Valladolid”.

Chuchi Hidalgo

El exdelantero eibarrés y afincado en Ourense, Chuchi Hidalgo, compartió vestuario una temporada y media con Arsenio Iglesias y tiene claro que “junto a Jabo Irureta es el entrenador más laureado del Deportivo, con sus métodos a la vieja usando siempre fue una gran profesional y muy honrado. Para mí fue como un padre, era una persona cercana y entrañable. Siempre recordaré como una mañana me vio triste, me preguntó Chuchiño ¿qué te pasa? Le dije que iba a terminar contrato y no sabía qué iba a ser de mi vida deportiva. En dos años y medio había jugado poco, le dije que quería jugar y a partir de ese momento todo cambió, empecé a marcar goles, jugamos las semifinales de la Copa del Rey y fue lo que me valió para ser el primer traspaso de la era Lendoiro cuando fiché por el Valladolid”. 

Asimismo, agregó que “con el paso de los años se ha visto que los buenos entrenadores son los que trabajan los aspectos defensivos. Él siempre partía que los objetivos se conseguían a partir de conseguir la portería a cero y el tiempo le ha dado la razón”.

Chuchi “Van Basten”, como así le conocían en A Coruña por sus goles, rememora una anécdota con Iglesias: “Una vez le dije, míster, usted después de comer ¿por qué siempre arranca 100 metros y nos deja solos? Y me contestó: Sé que hay que gente que fuma y como no me lleva el cuerpo veros fumar, prefiero avanzar y ojos que no ven, corazón que no siente”.  Genio y figura.