El Aguas de Sousas ratificó ante el Barcelona B su transformación desde la llegada de Rafa Sanz al banquillo y sumó su tercera victoria consecutiva

No era casualidad (79-69)

Pablo Movilla anota una bandeja ante la oposición del pívot del Barça Abdoulayé. (Foto: JOSÉ PAZ)
Gustó el COB. Supo a poco, quizá porque el equipo entrenado por Rafa Sanz mostró lo mejor al inicio, pero gustó y convenció un COB que sigue creciendo colectivamente y reubicando a sus aficionados en una temporada que permite enmienda pese al desaguisado inicial.
El Barcelona B demostró lo que se esperaba del filial. Tiene talento y físico en todas las posiciones pero le falta contundencia para doblegar a los buenos. Y este COB ya es de los buenos, por fin es de los buenos. Los cachorros blaugranas nunca se arrugaron. Levantaron la cara ante un rival que le enseñó los dientes desde la primera defensa.

'El denominador común del Ourense desde la llegada de Rafa es que intenta someter a los rivales desde el inicio', dijo Borja Comenge. Ayer le tocó a él padecerlo.

El COB salió como un ciclón. Inaccesible en defensa, soberbio en el rebote, acertado en el tiro y sobre todo lúcido en ataque. Ahora cuando entran los tiros se dispara la renta y cuando no se mantiene en partido. Este equipo no regala nada. Cuando se despista rebaja una marcha defensiva y pierde un par de balones pero no concede un centímetro en la zona ni racanea el choque en los bloqueos.

La puesta en escena condicionó el partido, fue la clave. Un 15-0 reivindicado con el trabajo semanal y balsámico para un público que volvió a responder pese a la competencia festiva de la jornada. Un parcial que no tumbó al rival pero que permitió a los locales jugar siempre con un cuerpo de ventaja y con jugadores como Webster y Guillandeaux convencidos de su supremacía.


SIEMPRE BIEN

El paso de los cuartos menguó el acierto pero el COB siempre estuvo bien. Por momentos muy bien.

La reacción del Barça B le sirvió para apretar el marcador pero nunca tuvo opciones de victoria. Tampoco de ponerse por delante ni amenazó con hacerlo.

En el tercer cuarto apareció Koffi en la zona para completar a un Guillandeaux que va un segundo y un centímetro por delante de sus defensores. Entre los dos mantuvieron el colchón de seguridad y gracias a un trabajo defensivo enorme de todo el equipo. Con jugadores como Movilla o Fernández que pasaron a ser actores secundarios en ataque pero a un nivel altísimo en defensa.

En el último cuarto tampoco hubo más historia. Cárdenas falló un triple para poner a su equipo 16 puntos arriba y poco después Fernández otro para darle 15 de ventaja a su equipo. Ni ante la zona ni ante la defensa individual se paró el COB.

Casi sin querer y con colaboración involuntaria arbitral el Barça se vio a cuatro puntos y con dos minutos por jugar. Hasta ahí llegó. Webster, que reivindicó su rol en el equipo en el momento clave de la temporada, sentenció el partido.

Es la tercera victoria consecutiva. De nuevo con una anotación alta y con una defensa notable. Recuperando jugadores que estaban perdidos e ilusionando a la afición. No era casualidad lo visto en las dos últimas citas. Tampoco ganar ayer a un buen rival.

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