El Ponte quedó eliminado de la Copa de la Reina después de caer en cuartos de final ante el Femesala Elche. Las ilicitanas no dieron opción y dominaron el partido desde el inicio.
Pocó duró la ilusión de un Ponte que inexcusablemente quedó apeado de la Copa de la Reina. No hemos estado bien. Mucha posesión pero pocas ocasiones, reconocía Morenín.
Cinco minutos tardó el Femesala Elche en tomar ventaja. Ju Delgado fue la encargada de desequilibrar el partido y ponerlo en el sitio y el momento idóneo para su equipo. Hasta ahí, el Ponte había sido mejor, ligeramente pero mejor. La puntería, clave igual que la suerte, la experiencia o la capacidad de reacción en un partido sin vuelta, lo cambió todo. Los 35 minutos restantes fueron un quiero pero no puedo para las pontinas.
Las ilicitanas jugaron con el freno de mano permanentemente levantado pero con la solvencia del que sabe tener pegada para hacer daño. La posesión de balón de las ourensanas hizo el mismo daño que un niño con un chupete. Ninguno. Con suerte molesta e incordia. Nada más.
La fortuna tampoco acompañó. Laura Fernández hizo involuntariamente el 2-0 en propia meta. La mitad del partido se había esfumado en Córdoba.
Morenín salió a por todas en la segunda mitad con portera jugadora. Todavía más posesión y algo más de pimienta pero el mismo fruto. Patricia, en una contra puso el epílogo (3-0). El gol de Andrea, que podía haberle dado emoción a los cinco últimos minutos, cayó en saco roto en la seguiente jugada. Alicia puso el 4-1 definitivo. El Navalcarnero será el rival de un Femesala incontestable.
Cinco minutos tardó el Femesala Elche en tomar ventaja. Ju Delgado fue la encargada de desequilibrar el partido y ponerlo en el sitio y el momento idóneo para su equipo. Hasta ahí, el Ponte había sido mejor, ligeramente pero mejor. La puntería, clave igual que la suerte, la experiencia o la capacidad de reacción en un partido sin vuelta, lo cambió todo. Los 35 minutos restantes fueron un quiero pero no puedo para las pontinas.
Las ilicitanas jugaron con el freno de mano permanentemente levantado pero con la solvencia del que sabe tener pegada para hacer daño. La posesión de balón de las ourensanas hizo el mismo daño que un niño con un chupete. Ninguno. Con suerte molesta e incordia. Nada más.
La fortuna tampoco acompañó. Laura Fernández hizo involuntariamente el 2-0 en propia meta. La mitad del partido se había esfumado en Córdoba.
Morenín salió a por todas en la segunda mitad con portera jugadora. Todavía más posesión y algo más de pimienta pero el mismo fruto. Patricia, en una contra puso el epílogo (3-0). El gol de Andrea, que podía haberle dado emoción a los cinco últimos minutos, cayó en saco roto en la seguiente jugada. Alicia puso el 4-1 definitivo. El Navalcarnero será el rival de un Femesala incontestable.
