Un Oviedo que no deja de crecer

Brandon Garret machaca el aro del rioja en un partido en el Pumarín
photo_camera Brandon Garret machaca el aro del rioja en un partido en el Pumarín

El próximo rival del Ourense Termal ha pasado en cuatro temporadas de la liga EBA a tener plaza asegurada en los play off del ascenso de la ACB.

El Oviedo, rival mañana (21,00 horas) del COB en el Pazo, es el milagro de la los panes y los peces hecho baloncesto. Un club en permanente crecimiento deportivo y social que ha pasado en cuatro años de competir en la Liga EBA a codearse con los mejores equipos de la LEB Oro. Un club con seguimiento casi familiar a abarrotar la cancha de El Pumarín.

El polo opuesto al COB. La sonrisa permanente durante la temporada, la dinámica positiva desde el inicio, las victorias a veces inexplicables en partidos igualados... Un debutante que luchará por el ascenso contra un histórico que aspira a la supervivencia.

El Oviedo llega al Pazo con la tranquilidad del deber cumplido. Con la permanencia bajo el brazo desde el final de la primera vuelta y con plaza garantizada en los play off de ascenso a la ACB. La meta ahora es lograr el factor pista.

Guillermo Arenas sigue al frente de una plantilla que apostó por mantener el bloque del ascenso, apuntalado con cesiones de nivel y con apuestas acertadas en todas las caras novedosas en la liga.

Cárdenas no deja de crecer y es clave en el equipo. Tiene galones para llevar las riendas del juego y para asumir la responsabilidad en los momentos importantes y ha dado pasos adelante en físico y experiencia hasta consolidarse como uno de los mejores bases de la competición. Lo complementa el jugador del Joventut Ferrán Bassas.

En el perímetro, dos clásicos como Diego Sánchez y Víctor Pérez reviven sensaciones positivas en proyectos con más medios y Álvaro Muñoz aprovecha la cesión del Fuenlabrada para reivindicar su regreso a la ACB. El argentino Agustín Prieto no estará en el Pazo por lesión.

En la zona apuesta tras apuesta. Cinco foráneos que no han dejado de sumar. Todos con limitaciones pero todos brillantes en su cometido. Todos desconocidos y revalorizados tras su paso por Oviedo.

El físico del norteamericano Garret, la solvencia interior del holandés Van Wijk, la versatilidad de Fitzgerald y la espectacularidad del dominicano García. El ala-pívot es una de las sensaciones de la liga. Constancia en el trabajo, envergadura imponente y hambre para dominar la liga y reclamar un hueco en la ACB tomando el relevo de la campaña pasada de Will Hanley. Un acierto más del trabajo en la sombra del club y del cuerpo técnico y que reaparecerá en Ourense después de tres meses lesionado cuyo hueco ocupó el montenegrino Spasojevic.



Efecto Pumarín

Un Oviedo capaz de encadenar 15 meses sin perder un partido en su cancha. De tumbar a Andorra, Palencia o Breogán y de encadenar en éxtasis finales igualados que padecieron atónitos Rioja u Ourense.

Un rival que convence con su juego y que sigue sin mirar atrás en una liga de sobresaliente capaz de enganchar al baloncesto a una ciudad a la que la canasta de élite le suena todavía rara.

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