Otilio, uno de los hijos de Meijón, recordaba que su padre 'fue un auténtico luchador que perdió mucho de su tiempo libre dedicado al club sin pedir nada a cambio, nunca se le pasó por la cabeza.
Su vida era el Cortegada, procuró siempre que el club tuviese las mejores condiciones posibles. De hecho, ni luz tenía el campo para entrenar y había que buscar un generador que nos dejaba Ramón, un contratista del pueblo. Se preocupó hasta de lavar la ropa y marcar el campo que llevará su nombre. Él siempre quiso que el pueblo tuviese algo y consiguió que jugara en Preferente con la base de jugadores que tuve en juveniles como Juan, Teo, Quique, Pablo, Ismael', aseguró.
