Participar con la sonrisa puesta

sonrisa

La San Martiño se reivindica, en cada edición, como un escaparate de disfraces gracias a aquellos que afrontan la mañana de una forma más relajada

Lejos de los primeros puestos, donde la tensión por rebajar la marca personal se palpa, un grupo de atletas vivió la San Martiño de forma diferente. Su carrera comenzó horas antes, cuando eligieron de qué forma iban a ir vestidos a la cita. Y destacaron. La prueba se convirtió en un desfile de disfraces que sirvió para abrir boca de cara al próximo carnaval. Y en él, los animales tuvieron un papel protagonista. Desde una vaca en manga corta, pasando por una tigresa que tuvo que sufrir, hasta terminar en un lagarto que es habitual en la Popular ourensana.

El premio a la elaboración, debería recaer en el grupo de romanos que, con cuadriga incluida, no pasaron desapercibidos por las calles de la ciudad. Su entrada en meta fue todo un acontecimiento y más de uno aprovechó para sacarse fotos en el vehículo, que ayer estaba autorizado para correr. Al que el público encontró sin problemas fue a Wally. Jersey rojiblanco, gafas redondas y una riñonera muy de años noventa. Y no lo hizo nada mal. Y día para reivindicar la pasión aunos colores. Entre el pelotón, camisetas del Celta, del Deportivo y del Atlético de Madrid. Los tres perdieron el día anterior. Que no se diga que solo se está a las maduras. Un toque de alegría a una mañana que arrancó gris, pero que poco a poco fue dejando paso al color que pusieron los miles de corredores. Y sus chubasqueros. Lo que fue una gran ayuda para el calentamiento previo, pasó a ser una molestia en los primeros metros de carrera. Los "cadáveres" quedaron extendidos a lo largo del puente del Milenio.

El carnaval de la San Martiño no decepcionó y la otra cara de la carrera popular, dibujó una sonrisa en los asistentes.

Te puede interesar