Deporte local
El kickboxing gallego se pone a prueba en Oira
El pabellón municipal de Oira fue el escenario elegido para la celebración en el día de ayer de un Campeonato Gallego de kick boxing marcado por la polémica entre la Federación Gallega, con su director técnico al frente, Cipri Gomes, y los representantes del Miguez Team, que acabaron reclamando la presencia policial por impedírsele competir a varios de sus púgiles.
La polémica entre el club y la Federación viene de lejos y se han cruzado denuncias y sanciones en los últimos años. El Comité Gallego de Justicia Deportiva de la Xunta de Galicia también ha intervenido sancionando o dando la razón con distinta fortuna a las dos partes.
Lo ocurrido ayer en Oira no fue por sorpresa. La Federación Gallega sancionó en las semanas previas a cuadro púgiles del Míguez Team y a uno de sus entrenadores, el campeón del mundo Simón González, por acudir a una velada a Salamanca (5 de octubre) sin el permiso de la Federación Gallega. Los deportistas no comparten ni aceptan la sanción al entender que la velada pertenecía a la Federación Española, de la cual depende la propia Federación Gallega.
"Este es un tema personal de Cipri, que es el que no ha dejado que compitiésemos. No hay nada que analizar, lo dicen los estatutos de la Federación, que cuando es una competición que organiza la Federación Española no hace falta comunicarle nada a la Gallega":
La versión de los organizadores es totalmente distinta. "El Comité de disciplina sancionó a los deportistas con una inhabilitación para las dos próximas competiciones por incumplir el reglamento, que es igual para todos los clubes", explica Cipri Gomes.
La resolución se les comunicó el pasado día 7 de febrero y, al contar con un plazo de un mes para presentar alegaciones y no haberse cumplido, entendían que podían competir con normalidad. Un punto que también rebate el director técnico de la Federación: "La resolución es de aplicación le desde el mismo momento que se dicta. Es más, Simón González podía haber alegado y solicitar una suspensión cautelar, pero tampoco lo hicieron".
Al estar sancionado, Simón González solicitó a Manu Míguez ser el entrenador de los púgiles que estaban llamados a competir y poder acompañarlos en el rincón, pero le fue negada esa posibilidad al carecer de título para hacerlo.
"Da clases y es el entrenador de los chavales, pero no es entrenador titulado. Al no tener licencia de entrenador no está permitido que haga esa función en un Campeonato Gallego", dice Gomes sobre ese aspecto de la polémica.
En ese punto Manu Míguez, Simón González y los púgiles optaron por retirarse de la competición, pero antes solicitaron la presencia de la policía para hacer constar en el acta de la competición lo ocurrido, pero la parcela deportiva del Gallego, que reunía a medio millar de participantes, ya había pasado a un segundo plano.
