El club ilerdense inicia su tercer proyecto profesional intentado consolidar el baloncesto en una ciudad con pasado reciente en la Liga ACB

La tercera clonación del Lleida

Pere Oriola lucha un rebote con el jugador del Melilla, Francis Sánchez.
Lleida Básquet, Fundación Lleida Basquetbol y ahora Força Lleida. Tres clubes distintos, la misma ciudad, el mismo pabellón, el mismo objetivo. En poco más de una década el club ilerdense ha pasado por la Liga LEB, la Liga ACB, la EBA y de nuevo la LEB Oro.
Los tiempos de vino y rosas dejaron imágenes imborrables en la retina y un poso de baloncesto que se mantiene vivo en una ciudad donde la canasta es predominante pero a la vez una deuda de más de dos millones de euros imposible de pagar.
El primer 'invento' sirvió para devolver la temporada pasada a la ciudad al baloncesto profesional. Ricard Casas en el banquillo, el 'gurú' Edu Torres como ideólogo y una plantilla competitiva que se mantuvo con los mejores y fue llenando poco a poco las gradas de Barris Nord. Todo bien menos la economía. Otra vez los impagos y las deudas. Otra vez el agua al cuello. Demasiado lastre para seguir avanzado.
El segundo 'invento' es al actual. Jugar con la genética del club para mantener el interior y cambiar la carcasa. Un trabajo de chapa y pintura que tiene como objetivo disipar el rastro a la Agencia Tributaria. Nuevo club, nuevo CIF y números de cuentas bancarias distintos. Nueva directiva para un Força Lleida que toma el relevo en LEB Oro de un club que no desaparece pero que deja de competir y que mantiene los derechos en la ACB. Un trabajo sesudo de ingeniería genética todavía con dudas sobre el resulto a corto plazo.

Todo nuevo
El base José Simeón y el alero Miquel Feliú son los únicos reconocibles que quedan en el proyecto. Joaquín Prado asume el reto de liderar, ahora ya con todos los galones tras la marcha de Edu Torres, a un Lleida con camiseta y escudo distintos. De entrenar a un plantilla con nivel para pelear los play off y que parece haber pagado ya el peaje de la adaptación.
Una plantilla con ganas de asentarse en la Liga. Con jugadores debutantes como Calegari, Thompson, Jhonson, Oriola o Bandoumel, otros que ya deben asumir galones como Simeón o Pino y dos valores seguros, Rodríguez y Feliú. Una combinación creíble para un club que todavía debe demostrar que es estable.

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