El Ourense continúa su lenta agonía al no encontrar solución a sus gravísimos problemas económicos

El último S.O.S.

Un día más y unas cuantas reuniones más, y la solución a los problemas económicos continúa sin llegar. Juan Pérez, presidente del Ourense, califica al club de un ‘enfermo’ al que ‘no le veo mucha solución’.
No hay novedades, y esta es la peor noticia para un Club Deportivo Ourense que cada día que pasa está más cerca de la agonía, o eso parece.

Al principal problema, el económico (el club tiene hasta el 31 de julio para hacer frente al pago de las fichas de los jugadores que están pendientes de cobro, que suman 200.000 euros, pues de lo contrario sufriría el descenso a Preferente, amén de la viabilidad posterior), se le une además el deportivo, eso sí, originado por la falta de liquidez.

La primera plantilla del Ourense no cuenta, en este momento, con ningún jugador firmado, y todo ello a cuatro días de la fecha que el técnico Francisco Romero marcó como la del inicio de la pretemporada. Y es que los jugadores, el que más y el que menos, se están buscando su futuro dado el negro panorama que visualizan.

Y no será por falta de esfuerzo. El consejo de administración del Ourense, con su presidente Juan Pérez a la cabeza, sale estos días de una reunión para meterse en otra, pero ninguna de ellas ha dado, hasta el momento, los frutos deseados.

Desde el club contaban con 200.000 euros desde las instituciones, a partes iguales entre el Concello y Diputación. El primero ya ha sentenciado que no apoyará, y la segunda supedita su concesión al apoyo del primero. Esta solución está descartada.

Los actuales contactos del consejo de administración están en la empresa privada, pero no es tarea sencilla lograr tal cantidad de dinero en tan poco tiempo.

Juan Pérez, presidente del club, reconoce que el Ourense está muy enfermo: ‘Ya hemos hecho muchas transfusiones de sangre, y a lo mejor el enfermo ya no acepta más. No le veo mucha solución. El Concello no responde y la Diputación sólo apoyaría si hay más respaldo, pero no ven nuestro futuro claro’. El último S.O.S.



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