El suizo derrota a Isner en menos de dos horas y se alza con la cuarta corona en el Masters 1000 de Indian Wells

Federer, implacable

Federer devuelve apuradamente una bola durante la final contra Isner. (Foto: PAUL BUCK)
El suizo Roger Federer superó al estadounidense John Isner por 7-6 y 6-3 en 81 minutos en la final de Indian Wells, de forma que suma su cuarta corona en el desierto californiano e iguala con Rafael Nadal en cuanto a número de títulos obtenidos en campeonatos Masters 1.000, con 19. Previamente, en semifinales, Federer derrotó al español por 6-3 y 6-4 en una hora y media.
El de Basilea volvió a estar brillante desde el fondo, armando su derecha con precisión y potencia frente a un Isner defensivo en la recepción pero inapelable al saque.

La igualdad en la primera manga resultó abrumadora. El dominio de cada uno con su servicio llevó el partido a un inevitable desempate, a pesar que Federer puso en serios aprietos a última hora al norteamericano con una bola de set y 6-5 para el número tres del mundo.

Isner salvó entonces dos nuevas bolas de set para dejar las tablas (7-7) en el 'tie-break', y a continuación Federer se sacó una preciosa volea que superó los centímetros de su contrincante para que la pelota cayera muerta sobre la línea. Acto seguido, el suizo no perdonó con su saque y se llevó el primer set.

Parecía que la tónica se iba a repetir en el segundo, pero el estadounidense tropezó con 3-3 en el marcador y no pudo levantar las dos bolas de rotura que obtuvo Federer, cediendo su saque con un fallo garrafal al subir a la red.

Fue el principio del fin para él, ya que el suizo, con siete puntos de saque directo (por cuatro de su rival), fue implacable en los últimos puntos, especialmente con el alto porcentaje ganados con su servicio (33 de 35, un 94 por ciento).


NADAL SE QUEDÓ EN EL CAMINO

Previamente, Federer abrumó con su juego majestuoso al español Rafael Nadal, al que venció por 6-3 y 6-4 en una hora y 31 minutos. El partido, que comenzó con tres horas y media de retraso por una tormenta que descargó sobre el desierto californiano, fue un monólogo del helvético, que sacó su derecha a pasear y derrochó toda su clase en varias acciones lujosas.

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