El corredor del Rabobank logró la victoria en la decimocuarta etapa tras un potente ataque a 11 kilómetros de meta

'Luisle' siempre aparece

Luis León Sánchez celebra su primera victoria en esta edición del Tour.
Luis León Sánchez (Rabobank) no faltó a su cita con la victoria en el Tour de Francia y estrenó el casillero español ganando en solitario la decimocuarta etapa disputada entre Limoux y Foix, de 191 kilómetros, en una cómoda jornada en la que los favoritos llegaron con el británico Bradley Wiggins (Sky) un día más de amarillo.
'Luisle' es fiel a la tradición y no falla. Empezó 'cruzado' el Tour, con una inoportuna lesión en la muñeca que le martirizó los primeros días, pero quería otra victoria para su palmarés y no paró hasta encontrarla. El español, uno de los corredores más combativos de esta edición de la prueba gala tuvo la experiencia y la fuerza suficiente para atacar a 11 kilómetros de meta y galopar solo hasta la gloria. Como viene siendo habitual en las celebraciones del corredor español, alzó los brazos, miró al cielo en memoria de su hermano y mandó besos “para la familia y la hija”.
El corredor del Rabobank sólo tenía un cartucho en la recámara e hizo diana. “Sabía que con Sagan era imposible ganar y tenía que atacar para irme solo y si me pillaban estaba perdido. Aposté todo a esa carta y tuve la suerte que me ha faltado otras veces', explicó en meta.
Un año después llegó el cuarto triunfo en la Grande Boucle para el corredor de Mula (Murcia), quien superó por 47 segundos a sus compañeros de escapada: Peter Sagan, Sandy Casar, Philippe Gilbert y el también español Gorka Izagirre.
El pelotón cerró la jornada a más de 18 minutos después de haber sufrido la 'gracia' de un grupo de aficionados que se dedicaron a tirar chinchetas a la carretera, lo que produjo una auténtica epidemia de pinchazos.
La gamberrada derivó en polémica, ya que el francés Rolland aprovechó el pinchazo de Evans, Kloden y Zuleldia para atacar en después de que Wiggins ordenara esperar. El ciclista galo desoyó órdenes y su comportamiento indignó al personal. 'No nos ha gustado lo que ha hecho', decían, entre otros, Nibali y Haimar Zubeldia.
El Sky sigue marcando la pauta el Tour, y en cada etapa, sucede lo que permite el equipo inglés, ya centrado en afrontar las etapas pirenaicas, a cuya salida ya podría empezar a desplegarse la alfombra roja que debe coronar a Wiggins en París, si no lo remedia un percance o una rebelión, improbable, de Chris Froome, comprometido con la disciplina de equipo.

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