El mayor astillero privado de España se acogió ayer a la Ley Concursal “como única vía para sobrevivir”

Barreras suspende pagos y el naval vigués se echa a la calle

Los trabajadores de Barreras levantaron el encierro que comenzaron el lunes y secundaron la huelga junto con más empleados del sector. Foto: Vicente Alonso
El naval vigués se echó ayer a la calle como medida de protesta ante la grave crisis que vive, la mayor desde la reconversión del sector en los años 80.
Mientras, el mayor astillero privado de España, Hijos de J. Barreras, ultimaba la presentación de un concurso de acreedores voluntario, que solicitó a última hora de la mañana en el juzgado de lo Mercantil de Vigo. La compañía dice que es “la única medida que haga posible la supervivencia de la empresa”, informó en un comunicado. Y es que soporta una deuda de 62 millones de euros, tiene la cartera de pedidos a cero y de ella dependen 130 empleos directos -todos están afectados por un ERE- y 300 auxiliares con unos 2.000 trabajadores en toda la Ría.

Por primera vez desde la privatización del astillero en 1998, Barreras se encuentra sin carga de trabajo “por causas ajenas a la voluntad de la empresa y generadas por la crisis financiera mundial que afecta al sistema productivo español”, indica. Además, dice que en sus gradas habría ocupación si no fuera por los “problema derivados de la supresión del tax lease” -bonificaciones fiscales para la construcción de grandes barcos, que están siendo investigadas por la UE-.

Desde su privatización, Barreras construyó un total de 45 barcos -entre ellos dos ferrys de 175 metros de eslora, que son los más grandes fabricados en la Ría- por un importe de 2.600 millones de euros. Precisamente los sindicatos se quejaron ayer de los beneficios generados por los astilleros en la época del 'boom', los mismos que ahora presentan deudas millonarias, por lo que pidieron “depurar responsabilidades”.

Los pocos trabajadores que tienen los astilleros y la industria auxiliar de la Ría -muchos están afectados por expedientes de regulación de empleo- hicieron una huelga de tres horas y se movilizaron por gran parte de la ciudad.Lo hicieron de manera pacífica, sin ningún tipo de acto vandálico -como sí ocurrió en las huelgas del naval y del metal de 2008 y 2009-y con el semblante más serio del habitual. Tienen una doble crisis a la espalda, con escasa carga de trabajo debido a la falta de financiación y con los pocos barcos que hay en construcción corriendo un grave peligro porque el 'tax lease' está paralizado por una investigación de la UE.

A las 10 de la mañana, un numerosos grupo salió de sus respectivos puestos de trabajo desde la zona de Beiramar y con los 'monos' puestos recorrieron calle Coruña, Camelias, Venezuela, Gran Vía y Colón. Allí se encontraron con un grupo menor que venía de Teis (donde están Vulcano y Metalships). Se juntaron frente al edificio de la Xunta, lugar que los sindicatos consideraron “idóneo” para hacer una asamblea. Megáfono en mano, los representantes de los trabajadores del naval criticaron a la ministra Salgado (que dijo que de momento no habrá sustitución del 'tax lease') por su “declaración de guerra” y recordaron la situación del sector hace 20 años. “Se nos vino encima una reconversión que quería que desaparecieran los astillero, pero Vigo lo evitó”, dijo César Rodríguez, portavoz de la CIG. El secretario comarcal del naval en UGT, Diego Atanes, lamentó que la Administración “no haga nada más por este sector estratégico” y dijo que en la Ría “no sobra ningún astillero porque sabemos hacer barcos y venderlos”. Su hómologo en CC OO, Ramón Sarmiento, lanzó un mensaje a los políticos, a los que pidió que “no salgan de sus despachos” si no es “con una solución bajo el brazo”.

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