Aprobará el próximo miércoles los programas de saneamiento de las entidades nacionalizadas

Bruselas decidirá el futuro de miles de empleados de banca

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso. (Foto: ARCHIVO)
La Comisión Europea, que preside José Manuel Barroso, aprobará el próximo miércoles los planes de saneamiento de Bankia, Catalunya Banc, Novagalicia y Banco de Valencia, con lo que se decidirá el futuro de miles de empleados de las cuatro entidades y se impondrá una salida para los clientes que invirtieron en participaciones preferentes.
Según publicó ayer el diario 'El País', las estimaciones que prepara Bruselas suponen un recorte de 8.000 empleos en Bankia y Novagalicia ?casi 6.000 en Bankia y el resto en la entidad gallega, entre despidos directos y recortes de plantilla aparejados a la venta o cierre de filiales?, y la eliminación de cerca de 1.000 oficinas. A esa cifra hay que sumar 1.000 despidos más en CatalunyaCaixa.

Además, el visto bueno Bruselas a la estrategia de cada una de las entidades nacionalizadas conllevará la revisión de sus líneas de negocio y el cierre de un número significativo de sucursales, empezando por las que están en el extranjero.

Todo ello, unido a la venta de participaciones industriales y el traspaso de activos al 'banco malo', resulta imprescindible para que la banca en manos del Estado pueda recibir antes de que acabe el año la inyección de fondos europeos que espera desde hace meses.

Antes de recibir el aprobado final de Bruselas, los gestores de las cuatro entidades han ido negociando sus planes de saneamiento con las autoridades comunitarias y el Banco de España, que será el encargado de validarlos en primera instancia.

Según explicaron fuentes financieras, el FROB, organismo que lleva la voz cantante en la reestructuración, y el Banco de España ratificarán el martes los planes de cada entidad para que al día siguiente la Comisión Europea pueda darles el respaldo final. Los planes de saneamiento serán clave para determinar la cantidad de fondos que recibirán después de que las pruebas de solvencia desvelaran que para afrontar un deterioro severo de la economía Bankia necesitaba 24.743 millones; Catalunya Banc, 10.825 millones; Novagalicia, 7.176 millones; y Banco de Valencia, 3.462 millones.

El traspaso de activos al 'banco malo' y las pérdidas que tendrán que asumir quienes adquirieron participaciones preferentes de estas entidades, o de las cajas que las crearon, podría ayudar a rebajar esas cifras. Para recibir la inyección de fondos europeos, fruto del acuerdo con el que España solicitó una ayuda de 100.000 millones, las entidades deberán seguir una estricta reestructuración.

Bankia, aunque mantendrá su presencia en toda España, deberá cerrar cientos de sucursales y suprimir miles de puestos de trabajo. En la misma línea, Novagalicia se verá obligada a achicar su red y ajustar su plantilla, mientras que los planes de reestructuración de Catalunya Banc y Banco de Valencia estarán supeditados al resultado de sus subastas.

El Santander y BBVA admitieron que les interesa crecer en Cataluña, por lo que se espera que pujen por el grupo de cajas de esa región, si bien hasta ahora avanza con más ritmo la subasta del Banco de Valencia, por el que estarían interesados CaixaBank y Bankinter.

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