La propuesta de Hollande de mutualizar la deuda con los eurobonos para impulsar el crecimiento fue rechazada por Merkel

La cumbre de la UE ya escenificó la ruptura del eje franco-alemán

Mariano Rajoy conversa con Ángela Merkel y Mario Monti momentos antes de la cumbre. (Foto: HORST WAGNER)
El giro en el eje franco-germano provocado por la llegada de los socialistas al Elíseo se escenificó ayer en el debut europeo del nuevo presidente de Francia, François Hollande, en torno a los eurobonos, que París eligió como primer desafío a la canciller alemana, Angela Merkel. Hollande llegó ayer a la cumbre de líderes europeos con esa idea de mutualización de la deuda como bandera de su mensaje en favor del crecimiento, pero Merkel no dio ningún paso atrás en su postura, al menos públicamente.
'Los tratados de la UE prohíben que se garantice mutuamente la deuda de otros Estados', sostuvo la canciller para justificar su rechazo a la propuesta a su llegada al Consejo Europeo.

El presidente francés, por su parte, es el responsable de que en Bruselas se vuelva a hablar de los eurobonos, que ya parecían una opción descartada a corto plazo debido al profundo rechazo que generan en Berlín.


ENCUENTRO CON RAJOY

En un encuentro previo por la mañana con el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, Hollande dijo que su insistencia en los eurobonos no pretende entrar en conflicto con otros países, sino hacer reflexionar sobre modos de financiación. Rajoy, por su parte, no considera los eurobonos una cuestión urgente, pero tampoco se opone a su creación en el futuro. Italia, mientras, apoya claramente la postura francesa, pero su primer ministro, Mario Monti, reconoció ayer que no son ideas 'digeribles' a corto plazo para varios Estados miembros.

En líneas generales, la mutualización de deuda genera rechazo en la mayor parte de los líderes europeos de partidos conservadores, que insisten en la austeridad como camino al crecimiento económico.

Entre quienes se declararon favorables a la tesis de Hollande figuraron el primer ministro belga, Elio Di Rupo, y el canciller austríaco, Werner Faymann.

La cumbre que celebraron anoche los líderes no preveía ninguna decisión formal y se planteó como un debate abierto de cara a preparar el Consejo Europeo oficial que se celebrará a finales de junio.


EL PROBLEMA GRIEGO

Sin embargo, la agravación de la crisis de Grecia y su hipotética salida del euro centraron las horas previas a la cumbre. Así, el Eurogrupo pidió a los países miembros de la zona euro que preparen un 'Plan B' para el caso de que Atenas abandone la moneda única. Por su parte, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, avisó de que la UE sólo mantendrá su 'solidaridad' hacia el país heleno si prosigue con los ajustes tras las elecciones de junio.

'El grupo de trabajo del Eurogrupo acordó que cada país miembro de la eurozona debería preparar un plan de contingencia individualmente para afrontar las consecuencias potenciales de la salida de Grecia de la eurozona', señaló un funcionario, añadiendo que 'hasta la fecha no se había preparado nada así a escala de la eurozona por temor a las filtraciones', concluyó.

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