La compañía aeronáutica estadounidense Boeing venció ayer a la europea EADS en una larga pugna para hacerse con el contrato de 35.000 millones de dólares para la fabricación de 179 aviones cisterna de la Fuerza Aérea de EEUU.
Así lo anunció el secretario de las Fuerzas Aéreas, Michael Donley, en una decisión que pone fin a años de lucha por uno de los mayores contratos militares de la historia. En febrero de 2008, el Pentágono anunció que el contrato iría al consorcio europeo-estadounidense EADS-Northrop Grumman, pero la operación quedó en suspenso cuatro meses más tarde, cuando la Oficina de Control del Gobierno avaló una protesta de Boeing. La batalla se reabrió cuando las dos competidoras presentaron nuevas ofertas. Boeing, con sede en Chicago, apostó por utilizar una variación de su avión civil 767 para los aviones cisterna.
Ambas compañías aseguraron que sus propuestas cumplían con los 372 requisitos que exigía la Fuerza Aérea y que la construcción de las aeronaves crearía 50.000 empleos.
Ambas compañías aseguraron que sus propuestas cumplían con los 372 requisitos que exigía la Fuerza Aérea y que la construcción de las aeronaves crearía 50.000 empleos.
